Juan Carlos I está en una nueva encrucijada y, por tanto, Felipe VI también. El emérito se ha visto salpicado por otra polémica más, motivo que le ha impedido pasar las Navidades en España como él había soñado. Su propio hijo le detuvo en Abu Dabi para que se alejase del foco mediático y no diese más problemas a la corona. Aunque no sea de forma directa, siempre trae la atención de los medios de comunicación. Hace un par de meses saltó a la primera página por la filtración de las fotografías que corroboraban su relación extramatrimonial con Bárbara Rey, en ella se les pudo ver besándose de forma apasionada en la casa de la artista. Es la vedette quien rompió su silencio y aunque se le pagaron millones por su silencio, volvió a la televisión para hablar sobre aquella relación.

Juan Carlos sale del coche

El padre de Felipe VI ha recibido muchos chantajes a lo largo de su vida y ha tenido que pagar mucho dinero por el silencio de muchas personas, y no solo mujeres. El emérito creía que en Abu Dabi estaba sano y salvo rodeado de sus amigos, pero es totalmente falso, el peligro no solo está en España. "Alguien cercano al emérito podría ser una Bárbara Rey en Abu Dabi", denunció Juan Luis Galiacho el pasado 5 de enero.

Juan Carlos I podría dañar la corona si una persona muy cercana a él rompe su silencio sobre los tratos de favor 

Esta amenaza vendría por parte de un rostro muy familiar para Juan Carlos I. Existen audios e imágenes que revelarían reuniones donde se mencionan nombres que podrían hacer tambalear cualquier defensa. Entre esos nombres figurarían el traficante de armas que estuvo perseguido durante años por la justicia española y también empresarios con trayectorias supuestamente impecables. Entre ellos figuraría el nombre de Iñaki Urdangarin.

Juan Carlos I siempre llevó una vida a todo lujo. No se privó absolutamente de nada, recibía millonarios regalos a cambio de favores y cobraba comisiones. Como sabía que era una persona que disfrutaba de la inviolabilidad, no podía ser juzgado, hacía y deshacía a su antojo. Nunca tuvo miedo a nada. Se creía poderoso.

Estas grabaciones podrían destapar una trama muy peligrosa que implicaría a muchas figuras importantes de este España y de otros continentes.

Felipe VI querría estar al corriente de toda esta historia para saber cómo mover las cartas sobre la mesa en el caso de que alguien tirase del hilo y descubriese algo más con el que se pudiese empezar a poner alguna pieza en este rompecabezas. La corona también podría estar en peligro.

Felipe ayuda a Juan Carlos efe