La infanta Cristina y Letizia no se dirigen la palabra. Desde que estalló el caso Nóos y la monarca dejó a su familia en la estacada, no quiere saber nada de ella. Sin embargo, durante los primeros años de la mujer de Felipe VI en la corona, eran muy amigas. De hecho, la ex de Iñaki Urdangarin es la única que le dio la mano mientras toda la familia le hizo el feo.
Cristina entendía perfectamente a Letizia. Ella también había pasado por historias parecidas. Sin ir más lejos, como Felipe VI, también se enamoró de un plebeyo y mediático. Iñaki Urdangarin triunfaba en aquella época como jugador de balonmano del FC Barcelona, era la figura más aclamada, y no ostentaba ningún título nobiliario. La reina era presentadora de informativos de TVE. También una plebeya.

La hija de Juan Carlos I también tuvo una vida libertina. Se marchó a Barcelona a terminar sus estudios para alejarse de su familia y allí se quedó para siempre. Formó una familia con Iñaki Urdangarin, pero antes del exduque de Palma había tenido muchas parejas. La mayoría de ellos deportistas, como Jesús Rollán o Álvaro Bultó. Pero como Letizia, Cristina también se enamoró de un profesor.
La infanta Cristina se enamoró de su profesor de vela
Letizia mantuvo una relación con Alonso Guerrero, su profesor de literatura cuando tan solo tenía 17 años, él 27. Los dos se fueron a vivir juntos provocando el enfado de sus padres y lucharon contra todo tipo de críticas. Vivieron varios años juntos. Se casaron en 1998 pero la relación terminó dos años después.
“Se instaló en Barcelona con la excusa de participar en el Campeonato Mundial de Vela Adaptada que se iba a celebrar en la Ciudad Condal tras finalizar las Olimpiadas. Ella formaba parte de la organización y ese era el motivo oficial que se transmitió desde Zarzuela. Tenía 25 años y la realidad era muy diferente. Quería estar más cerca de Fernando León. Era un chico canario, rubio y con ojos azules al que había conocido en un curso de vela donde él era el profesor y Cristina la alumna. Se hicieron íntimos. El regatista tenía un año más que la Infanta y compartían muchas aficiones. Este fue su primer amor, que fue breve y sin mayores contratiempos en la vida de la infanta”, escribe Paloma Barrientos en su libro sobre la infanta.
