Letizia y Felipe VI ya no quieren fingir más. La relación está totalmente rota entre ellos y ya solo serían “un equipo de trabajo”. En 2012, cuando pasaron por la crisis más grande de su matrimonio, estuvieron a un paso de anunciar su divorcio, pero finalmente valoraron que era mejor cesar la convivencia como hicieron Juan Carlos I y la reina Sofía, ya que aunque han demostrado ser muy modernos, un divorcio habría supuesto un escándalo. Al fin y al cabo los dos tienen intereses comunes y reman a favor de la corona y el futuro de Leonor.
Aunque con mucha discreción, Felipe VI y Letizia harían vidas por separado, incluso hay quien dice que tendrían nuevas ilusiones con las que se verían a escondidas. Este último fin de semana es una prueba más de ello. El monarca comió el viernes en un restaurante castizo con unos amigos y el sábado a primera hora hizo la maleta para practicar uno de sus deportes favoritos, el esquí. Se marchó a su estación favorita, la de Baqueira Beret, en el pirineo catalán. Estuvo rodeado de sus mejores amigos. Letizia no compartió el mismo plan y ella optó por otra opción.
El viernes por la mañana no tenía ningún compromiso y decidió irse a Brasil, el jueves por la noche para poder ver a Leonor. La princesa llegaba a San Salvador tras 22 días de travesía. La parte más dura de su viaje en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Pudo disfrutar de unos días de descanso por la ciudad hasta este martes. La hermana de Sofía se conoce muy bien la zona porque su primera pareja era de allí, tenía nacionalidad brasileña y estadounidense.
Letizia quería quedarse con Leonor hasta el lunes
Letizia se reencontró con su hija en Brasil y pasaron el fin de semana juntas, compartiendo muchas anécdotas y poniéndose al día. La echaba mucho de menos. Cuando estaba en Gales o en Zaragoza también estaban separadas, pero podía presentarse con pocas horas de avión si sucedía algo, además estaban en contacto por el teléfono móvil. Ahora ni eso, no hay comunicación. Solo vía satélite.
Letizia quería quedarse con ella hasta el lunes para apurar al máximo el momento con ella, ya que hasta el martes no tenía ningún compromiso programado en su agenda, pero Casa Real no lo vio conveniente por lo que pudiese pasar, ya que son muchas horas de avión y además llegaría muy cansada. Finalmente la reina obedeció las órdenes para no discutir de nuevo con Felipe VI y volvió a Madrid el domingo por la noche. Llegó el lunes. Ahora muestra una sonrisa de oreja a oreja porque ha sido uno de sus fines de semana favoritos, con Leonor y sin Felipe.
