La guerra está servida en Zarzuela. Los hechos ocurridos el pasado fin de semana, que provocaron una pataleta descomunal de la reina Letizia, ha llevado a los altos cargos a meterla en la nevera. Queda clara la estrategia de la Casa de Su Majestad el Rey para dejarla en un segundo plano y seguir ensalzando la figura de Felipe, su reconciliación con las infantas Elena y Cristina, y la imagen de la princesa Leonor.
Todo comenzó con las revelaciones del abogado Jaime del Burgo, quien hizo públicas las presuntas infidelidades de la reina Letizia hacia Felipe VI. Estas acusaciones golpearon fuertemente a la monarquía, y desde entonces la figura de Letizia ha ido perdiendo fuerza dentro de la Casa Real. Su influencia en los asuntos de la monarquía ha sido reducida drásticamente, y su presencia en los actos oficiales se ha diluido a un punto casi inexistente. Altos cargos consideran que su imagen ya no es beneficiosa para la institución, motivo por el cual han decidido que su protagonismo sea sustituido por el del rey y su hija Leonor.
La reina Letizia en París mientras la familia la apuñala por la espalda
A la reina Letizia no le va mal esta estrategia. Al fin y al cabo, ella nunca ha sido muy amiga del entorno de Felipe VI. Está mucho más cómoda cuando ella es la protagonista. Y tampoco es que le apetezca pasar mucho tiempo con Felipe. Es por eso que la consorte decidió ausentarse de la reciente boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova en la finca Soto Mozanaque, en Algente e irse a París para disfrutar de los Juegos Paralímpicos.
Lo que no se esperaba la reina es que, mientras ella estaba en la capital francesa, en Madrid se fraguaría una afrenta contra ella. La estaban apuñalando desde la capital. Uno de los momentos más llamativos fue la llegada de Felipe VI junto a su hermana, la infanta Cristina, en el mismo coche. Cristina ocupaba el asiento que, por protocolo, debería haber sido de Letizia, lo que fue visto por muchos como una afrenta directa a la reina consorte.
Letizia estalla con la foto de familia feliz
Sin embargo, lo que más ha dolido a Letizia fue la fotografía tomada ese fin de semana, donde Felipe aparece junto a sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, y su madre, la reina emérita Sofía. Esta imagen ha sido vista como un símbolo de la reconciliación entre los hermanos y una clara señal de que Letizia ya no tiene el mismo peso dentro de la familia real. Se habla de un "pacto de Zarzuela", un acuerdo entre los tres hermanos para mostrar una imagen de unidad familiar, dejando a Letizia en un segundo plano.
El descontento de Letizia no ha pasado desapercibido, y según fuentes cercanas, su reacción fue una pataleta monumental, uno de los episodios más tensos que se recuerdan dentro de Zarzuela. Sin embargo, sus quejas no han sido atendidas. Al contrario, la Casa de Su Majestad el Rey ha decidido "meterla en la nevera", apartándola temporalmente de los eventos institucionales importantes.
La Casa de Su Majestad el Rey deja a la reina Letizia al margen
Mientras Felipe VI continúa con su agenda oficial, Letizia ha quedado relegada a un segundo plano. El rey ha mantenido audiencias en el Palacio de La Zarzuela, entre ellas con Cándido Conde-Pumpido Tourón, presidente del Tribunal Constitucional, y con Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, para recibir las memorias anuales de ambas instituciones. A lo largo de esta semana, Felipe ha continuado su agenda con importantes actos, como la Apertura del Año Judicial 2024/2025.
Por su parte, Letizia no reaparecerá hasta el próximo miércoles, cuando participará en el acto de inauguración del curso escolar en Alcalá de Henares, un regreso que marcará el fin de su periodo en la "nevera", aunque su papel dentro de la Casa Real sigue siendo incierto.