La catalanofobia es norma general en la Familia Borbón. Viene de lejos, de siglos donde los monarcas españoles veían con menosprecio la particularidad catalana. Juan Carlos supo conciliar con este rincón de la Península con una buena táctica: no meterse. Una buena relación personal con Jordi Pujol durante un cuarto de siglo sirvió para no tener grandes polémicas. Pero con el hijo es otro cantar. Felipe no tiene el carisma ni la seguridad en sí mismo del padre y ha sobreactuado en Catalunya. ¿Resultado? Un discurso pésimo el 3 de octubre despreciando a media Cataluña y ahora años de clandestinidad. Los reyes cuando van a Catalunya lo hacen a hurtadillas. Letizia tenía a la hermana, Telma, viviendo en Barcelona, enchufada en el Ayuntamiento de Jordi Hereu y acabó como el resto, marchándose y diciendo pestes. Y un detalle clamoroso: el mote con el cual en La Zarzuela se refieren a los cuatro hijos Urdangarin nacidos en Barcelona. Los llaman despectivamente "los catalanes".
Ninguno de los sobrinos del rey han hablado nunca ni una palabra en catalán. Solo Leonor está a la altura con un impecable dominio de la lengua en los discursos como Princesa de Girona. Ahora era el turno de un nuevo royal catalán: el novio de Victoria Federica. Pero la relación ha fracasado y Antena 3 explica el motivo: es porque él es catalán. Se trata de un piloto de Moto 2, Albert Arenas, guapísimo y con un Instagram donde da fe de sus habilidades, como motorista y como fotogénico. Victoria Federica no es precisamente la más agraciada de la familia, ha salido Marichalar, como una escoba. Sus ex son terribles, como el disc-jockey Jorge Bárcenas. El mejor, deportista de élite, guapo y educado, era Albert pero no siguieron adelante con la pasión. Evidente con las carreras y arrumacos de calle:
Gerundense de 28 años, hace unos días ha dado fe de que conserva la amistad de la Borbón cuando lo fue a ver correr a Jerez y colgó una foto haciendo un caballito encima de la moto en el Instagram de la hija de la infanta Elena. ¿Pero por qué no siguió la relación? El programa Y ahora Sonsoles habla de la incomunicación de vivir en ciudades diferentes: "Fracasó porque ella vive en Madrid y él en Barcelona. No pueden ir más lejos por la distancia física entre ellos. Lo intentaron pero no pudo ser". La instagramer no trabaja de nada, puede vivir donde quiera y desplazarse sin problemas. El novio de Paula Badosa se mueve con ella, la novia de Rafa Nadal se mueve con él y Marc Márquez vive entre Catalunya y Madrid por un nuevo amor, una actriz de La casa de papel. Quien quiere moverse por amor lo hace. Pero Victoria tiene el tic que en Catalunya no. Y en Girona menos. Territorio comanche para los royal. Los echaron de la capital. Así que tenemos a un motorista que se libra de una buena y a una royal soltera que pasea su imagen desganada por los photocalls. Catalunya y Casa Real: aceite y agua.