El escándalo Del Burgo va dejando cadáveres por el camino: Jaime Peñafiel, Jaime Alfonsín (ya exjefe de Casa Real) y la reputación de Letizia. Toda la prensa rosa se ha hartado durante 20 años de matrimonio real de hacer creer que la reina amenazaba a Felipe que ella "no era como Sofía" y que no aguantaría una infidelidad. Un discurso falso y de cara a la galería. La primera infidelidad demostrada es la suya, la de Letizia. La relación extramatrimonial la ha confesado una de las dos únicas personas que puede hacerlo: Del Burgo. Es LA prueba. Voces muy acreditadas como Pilar Eyre asumen los cuernos reales como un hecho indiscutido. Algunas periodistas rosa se engañan y siguen hablando de "presunta" relación extramatrimonial. La relación Del Burgo-Letizia existió y eso nadie lo pone en duda. Cada noticia sobre el triángulo amoroso es consumida con devoción por millones de lectores en España, y especialmente en Zarzuela. 24 millones de personas vieron la foto de Letizia con pashmina en un WC y todos ellos quieren saber más de esta historia. Esconderla, o aun más ridículo: negarla, es anti periodismo.
Periodismo es investigar. Y eso implica escuchar qué dicen los que conocen a los tres miembros del triángulo. Uno de los pocos que los han tratado en la intimidad, personal y familiarmente, es el primo de la reina, David Rocasolano. En su libro Adiós princesa habló de Jaime del Burgo, al que él conoció, el de la segunda y tercera etapa. La relación Del Burgo-Letizia tiene cuatro etapas: primero fueron novios antes de que Letizia conociera a Felipe, después fueron amigos íntimos y es cuando ella pide a Del Burgo ser testigo de la boda real. La tercera etapa es cuando son amantes los años 2010 y 2011 a escondidas de Felipe, cuando Leonor tenía 5 años. Y la cuarta etapa cuando fueron cuñados porque Del Burgo se casa con Telma el año 2012. Ahora son enemigos íntimos. En un momento de la segunda o la tercera etapa, David Rocasolano fue uno de los invitados a una cena en el ático de Jaime del Burgo con Felipe y Letizia. Allí la reina se mostró hipócrita y falsa.
Escribe David Rocasolano: "Jaime del Burgo es el hombre adecuado para discutir de capìtulaciones matrimoniales, de cómo tratar a Letizia o de cualquier otra cosa. No he conocido en mi vida a persona con tal cantidad de opiniones sobre los temas más diversos. De leyes a coches. de arte a lencería- Un verdadero crack. Fue en casa de Jaime donde mi prima Letizia superò todos los registros de hipocresía que he visto jamás, y recuerdo que soy abogado. Teníamos una cena en casa de Jaime, un ático en la calle Serrano que costaba unos 3 millones de euros. Parece no faltarle dinero. Su familia tiene un fuerte arraigo en el Opus Dei y eso influyó en las palabras de Letizia esa noche, pero podría haberse quedado callada".
Discutieron sobre el derecho al aborto:"La opinión mayoritaria en la mesa es que no se podía abortar si el feto presentaba malformaciones, que no se puede abortar bajo ninguna circunstancia. Preferí no intervenir. Entonces Letizia abrió la boca. Letizia cuando habla es un torrente y todos callaron para paladear su opinión. Letizia: 'Yo creo que un ser, cualquiera que te mande Dios, debe ser respetado. Si a mí mañana me hacen una amniocentesis y descubren que mi niño está mal, es que Dios quiere que ese niño venga así al mundo. Yo no lo dudaría. Lo tendría'. Felipe la escuchaba sonriente. Letizia buscó la aprobación de todos con una mirada que no se detuvo en mí. Yo, que había recuperado los papeles de la clínica Dator me fui. Se me hacía tarde". El primo fue la persona a quien Felipe y Letizia encargaron que consiguiera y destruyera los papeles de la clínica Dator donde Letizia se había practicado un aborto voluntario. En lugar de destruirlos los publicó en el libro. Letizia ya está acostumbrada. A mentir y a recibir puñaladas.