El pasado 28 de octubre estuvo cargado de emociones para la princesa Charlene de Mónaco, quien siguió con ansias el desempeño de la selección de Sudáfrica en el campeonato mundial de rugby. Con la victoria en la semifinal contra Inglaterra, Sudáfrica se encaminaba a la final contra Nueva Zelanda, el equipo más temido en el torneo. En el Estadio de Francia, situado en Saint-Denis, al norte de París, Charlene de Mónaco, acompañada de su esposo, el príncipe Alberto, se convirtió en la fan número uno de la selección sudafricana. A medida que Sudáfrica se alzaba como campeona por tan solo un punto, la princesa no pudo contener su alegría y se produjo un gesto inusual.
Un gesto inusual en público
En un instante de gran emoción, Charlene se dejó llevar por el fervor del momento y compartió un cálido abrazo y un tierno beso con su esposo, un gesto que dejó a todos los presentes atónitos, dado que la pareja rara vez muestra tanta efusividad en público. Esta inusual muestra de afecto dejó a Alberto, su marido, sin palabras y sorprendido por la espontaneidad de su esposa. La expresión de emociones en ese momento único causó asombro en quienes los rodeaban, ya que contrastaba con la usual sobriedad con la que la pareja se desenvuelve en eventos públicos.
Sin embargo, a pesar de esta muestra de cariño en público, el príncipe Alberto de Mónaco, una vez que las cámaras dejaron de grabar, decidió abandonar el estadio por su cuenta. Charlene, por su parte, se dirigió al vestuario para saludar a los jugadores y cenar con la comitiva, repitiendo una acción similar a la de la semana anterior cuando asistió a las semifinales. Durante ese primer encuentro, Charlene se mostró efusiva, alentando y celebrando con entusiasmo cada acierto del equipo sudafricano, acompañando sus gestos con abrazos y levantando los puños en señal de celebración. Tanto ella como su esposo fueron fotografiados interactuando con los jugadores de Sudáfrica en el vestuario y luego alentándolos desde las gradas, donde compartieron impresiones y disfrutaron juntos del éxito del equipo.
Rumores de crisis y declaraciones contradictorias
Sin embargo, en esta ocasión, el príncipe Alberto decidió regresar rápidamente a Mónaco, dejando a Charlene sola en París para seguir disfrutando del evento deportivo. La partida de Alberto en solitario, junto con la reciente ausencia de Charlene en el Baile del Centenario en honor al difunto príncipe Rainiero, ha vuelto a desatar rumores de crisis en su matrimonio. Aunque la pareja ha negado repetidamente tales afirmaciones, la especulación sobre su relación persiste, alimentada por la escasa interacción pública entre ellos y rumores de infidelidad.
De hecho, hace algunas semanas, en una entrevista con News24 de Sudáfrica, Charlène intentó apaciguar los persistentes rumores sobre una crisis en su matrimonio, calificándolos de "agotadores". En una entrevista anterior con el periódico italiano 'Corriere della Sera', Alberto expresó: "No entiendo todos estos rumores, que me duelen, sobre nosotros. Son mentiras". A pesar de estos esfuerzos por desmentir las especulaciones, los gestos contradictorios de los príncipes monegascos generan interrogantes sobre si el matrimonio de cuento de hadas que aparentan vivir Charlene y Alberto es realmente lo que parece.