Charlene de Mónaco tiene dos obligaciones, algunos dicen que firmadas por contrato: reproducirse (ya lo ha hecho y con gemelos, quizás por inseminación artificial del príncipe Alberto) y salir bien en las fotos. El drama de una princesa europea que no tiene voz ni voto, a quien Alberto menosprecia en público y en privado. Cuando su marido cumplió 65 años la apartó de la regencia para el caso de que él muera antes de que su hijo llegue a la mayoría de edad. Charlene sabe que Alberto tiene varios hijos extramatrimoniales y un carácter despótico. Carolina, la hermana mayor, se aparta y Estefanía tiene su propia melancolía. Charlene es más que melancólica, sufre problemas de salud mental, tendencias depresivas y una vida de rica en jaula de oro. A los 45 años parece que sean 65. La cirugía estética no la ha ayudado y en su última aparición pública las luces indirectas le han hecho un flaco favor: dejar todas las operaciones de la cara al descubierto. La foto es impactante:

Charlene de Mónaco operada GTRES
Charlene de Mónaco operada GTRES

Este contraluz es pésimo pra las operadas, lo deja todo a la vista. La revista Semana pone el dedo en la llaga, la princesa se ha hecho un completo de nariz, boca, dientes, labios, pecas, pómulos y bótox: Se ha operado de la nariz, se ha infiltrado ácido hialurónico en los labios para hacerlos más voluminosos, se ha rellenado los pómulos y otros puntos estratégicos para dulcificar su contorno facial y eliminar el surco nasogeniano, se ha hecho 'peelings' químicos para eliminar las pecas de su piel... Y por supuesto, se ha pinchado y se sigue pinchando bótox con regularidad. También ha modificado su sonrisa, mejorando el aspecto de su dentadura".  Foto de cerca y mal iluminada: el combo fatal.

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Charlene y Alberto de Mónaco GTRES

La prensa rosa es benigna y culpa a la luz pero la culpa es del bisturí: "En esta última gala, la iluminación del local en el que se celebraba una cena la ha delatado. Las luces no fueron lo mejor para la cara de Charlène, que se vio expuesta a unos contrastes demasiado fuertes. Los efectos de sus diferentes tratamientos estéticos se manifestaron en unos relieves muy pronunciados en los pómulos y sombras bajo los ojos... Los expertos alertan cuando se abusa de estos 'arreglitos' y la piel se afina demasiado hasta el punto de manifestar líneas de arruguitas que poco tienen que ver con el envejecimiento natural". Una mujer nadadora, rubia, espectacular convertida en una mujer operada y con una permanente cara triste. Casarse con un rico no siempre es una gran idea.

Charlene de Mónaco de muy busca GTRES
Charlene de Mónaco demasiado cerca GTRES

La boca, los pómulos, la nariz y la frente, todo parece falso. Porque es falso. Como una figura de cera. Como el mismo Principado de Mónaco que es un Estado pero en realidad es un banco, un casino, un paraíso fiscal, un negocio familiar de los Grimaldi, una jaula dorada. Pómulos falsos para un matrimonio falso. De mentira. Habría que revisar el contrato para saber cuándo le está permitido a esta princesa divorciarse y dejar atrás su pesadilla. El drama es como el de todas las princesas plebeyas, que han firmado renunciar a la custodia de las criaturas. Como Letizia, también operada como una metáfora de convertirse en otra persona: si se divorcia pierde a las hijas. Son del Estado. Un mal negocio.