Los mellizos Jacques y Gabriella son el producto del misterioso matrimonio de los jefes de la familia Grimaldi, permanentemente rodeado de especulaciones acerca de su estado de forma. Hoy los cuatro se muestran en público compenetrados y felices, pero nadie ha olvidado los seis meses que Charlene se pasó en Sudáfrica, alejada de su familia. También de sus hijos. Desde allí se ha empezado acusar a Charlene como una madre despreocupada por sus hijos que en ciertos momentos le pide exigencias en sus tareas debido a como fue formada en su vida de atleta elite.

Jacques y Gabriella

Precisamente por esto, y por la repercusión que ser atleta olímpico tiene en la vida de cualquier persona -más aún en los niños-, Charlene prefiere que sus hijos vean el deporte como una diversión. La esposa del príncipe Alberto ha asegurado que nunca obliga a sus hijos a practicar deporte aunque, aún así, a ambos les encanta y son muy deportistas. Los dos han aprendido a nadar con ella y también practican actividades acuáticas con su padre. Gabriella tiene pasión por el baile hip-hop. Jacques practica taekwondo, ha revelado Charlene, que ha insistido en que "lo importante es darles una buena educación, confianza en sí mismos y una infancia feliz". Pero al parecer exige que lo hagan bien y de una forma muy poco amorosa. 

La princesa de Mónaco intenta que sus hijos no se sientan presionados con el deporte. Tanto ella como el príncipe Alberto han tenido una brillante trayectoria en el mundo deportivo, sobre todo la Charlene, y no quieren que esto les pase factura a sus hijos. Tal como ha asegurado, no quiere que sientan presión y desea proteger al máximo su infancia. “No quiero obligarlos a entrenar intensamente para un deporte. El príncipe y yo éramos atletas olímpicos”, ha dicho la princesa, que ha comentado que se trata de una forma de vida muy exigente que puede tener un gran impacto en la crianza y la educación.

Con solo 10 años, Jacques y Gabriella tienen que hacer frente a una vida en palacio que nada tiene que ver a la de sus compañeros de colegio. Respecto a cómo el matrimonio va haciendo partícipes a los niños de sus obligaciones institucionales actos que Charlene no pretende parar y que puede afectar la crianza de sus hijos. 

Charlene descuida a sus hijos y no les presta mucha atención 

Existen rumores persistentes que sugieren que tanto el príncipe Alberto como Charlene dedican muy poco tiempo a la crianza y educación de sus hijos. En su lugar, el cuidado de las responsabilidades parentales, desde la educación hasta la alimentación, recae principalmente en cuidadoras y en la propia Carolina de Mónaco. Esta situación ha generado duras críticas por parte de la mayor de los Grimaldi, quien acusa a Charlene de no estar a la altura de su rol como madre. Aunque comprende la ausencia de su hermano como padre debido a sus responsabilidades en el Principado, no encuentra justificación para las prolongadas ausencias de Charlene y su aparente desinterés en la vida de sus hijos.

Charlene GTRES

Ser miembro de una casa real demanda muchas tareas

Ser miembro de una casa real no es una tarea fácil, mucho menos cuando se es pequeño ya que, con independencia de la edad, los príncipes y princesas tienen que cumplir con una serie de normas y protocolos, que no atienden a criterios relacionados con la edad, sino con el rango. Por eso, no es extraño que, desde su más tierna infancia, los miembros de las diferentes casas reales se vean expuestos y sometidos a estrictas normas que tienen que interiorizar y seguir a rajatabla.