Desde hace más de una década, la princesa Charlene de Mónaco es conocida mundialmente como ‘la princesa triste’, dado que no pudo evitar llorar durante toda la ceremonia de su boda con Alberto de Mónaco, celebración que se llevó a cabo en el Palacio Grimaldi en 2011. Y aunque las lágrimas de felicidad son muy comunes en un evento tan emotivo como una boda, lo cierto es que para la prensa monegasca las lágrimas de la sudafricana solo expresaban una gran infelicidad y un profundo descontento ante su nueva realidad. De hecho, cuenta la prensa rosa que la ex nadadora olímpica fue interceptada en el aeropuerto cuando intentaba huir del Principado el día de su boda con Alberto II de Mónaco.
De acuerdo con el semanario francés, ‘L' Express’, Charlene cogió todas sus pertenencias y se trasladó hasta el aeropuerto de Niza para huir y no tener que casarse con su prometido, el príncipe Alberto. Al parecer, la princesa había descubierto algunos secretos de la vida amorosa de Alberto, incluyendo sus hijos ilegítimos, y tomó la decisión de escapar al reservar un boleto de ida a Sudáfrica. Sin embargo, los planes de Charlene fueron truncados tras haber sido interceptada por unos agentes de la policía del aeropuerto, quienes la exhortaron a regresar al Palacio para seguir adelante con la boda.
Esta no sería la primera vez que los medios afirmaron que Charlene era una novia fugitiva. En algunos medios alemanas y hasta en ‘The Sunday Times’, se publicó que la sudafricana se había enterado de que Alberto había tenido un tercer hijo ilegítimo, además de Jazmin Grace y Alexandre Grimaldi, por lo que ella le solicitó la cancelación del compromiso y de la boda. Sin embargo, el soberano monegasco no estaba dispuesto a perder a la que se convertiría tiempo después en la madre del heredero al trono, por lo que tomó la decisión de confiscar su pasaporte para evitar que huyera. Además, añadió una cláusula al contrato prenupcial en el que se especificaba que Charlene tendría que permanecer casada con él durante una cierta cantidad de tiempo antes de solicitar el divorcio y que también perdería la custodia de todos los hijos que tengan en común en caso de separarse.
Charlene y Alberto de Mónaco no durmieron juntos el día de su boda
Finalmente, tras una larga serie de rumores y especulaciones, Charlene y Alberto de Mónaco se casaron el 2 de julio de 2011 en una ceremonia que costó más de 55 millones de euros y que duró más de tres días. No obstante, los medios señalaron que la princesa lloró durante todo el día. “Parecía que estaba yendo al matadero en vez de casarse, hasta el punto que Alberto, bastante agobiado, le pide que no llore durante la boda”, dijo la periodista Consuelo Fonts. Asimismo, un informante reveló que la pareja pasó la noche de bodas en dormitorios separados. Y la habitación de Charlene habría estado bajo estricta vigilancia para evitar otro posible intento de huida. Por otra parte, el Palacio emitió un comunicado a través de la revista ‘People’ en el que negó todos los rumores de huida de Charlen al asegurar que “nada de eso es cierto, y creemos que proviene de los celos”.