Charlene de Mónaco se encuentra nuevamente en el centro de un torbellino de rumores y misterios que rodean su relación con su marido, el príncipe Alberto. En medio de las especulaciones sobre una posible crisis matrimonial, la consorte monegasca ha dejado desconcertados a muchos al eliminar sin previo aviso su cuenta oficial de Instagram. ¿Se avecinan más complicaciones en el ya frágil matrimonio? Todo parece indicar que sí.

Hace algún tiempo, Charlene solía tener una presencia activa en Instagram, compartiendo instantáneas de su vida junto a sus mellizos, Jacques y Gabriella. Sin embargo, su cuenta ha desaparecido de la plataforma en un momento en que las dudas sobre su relación con el príncipe Alberto alcanzan nuevos niveles. Los rumores sobre problemas matrimoniales están en pleno auge, y la eliminación de su cuenta solo ha aumentado las especulaciones sobre una posible separación. “¿Ha sido una orden de palacio? ¿Confirma esto la información de que Charlene vive ahora sola en Suiza, lejos de la vida principesca de los Grimaldi?”, se preguntan los expertos en Casa Real de la revista ‘Paris Match’.

¿Una extraña relación a distancia?

Todas las señales apuntan a una posible separación geográfica entre Charlene y Alberto. Informes sugieren que la princesa podría estar viviendo lejos del Principado. Según el diario alemán 'Bild', Charlene se ha trasladado a Suiza, el mismo lugar donde encontró refugio durante su crisis de salud mental hace unos años. Aunque oficialmente sigue cumpliendo compromisos oficiales y apariciones públicas en Mónaco, su presencia dentro de sus fronteras parece haber disminuido considerablemente.

La trampa de un matrimonio sin salida

Medios franceses señalan que la ex nadadora olímpica y el soberano monegasco habrían llegado a un acuerdo económico para mantener las apariencias en Mónaco. La princesa, supuestamente, estaría recibiendo un salario de 12 millones de euros al año por cumplir con sus deberes oficiales como "esposa" en eventos públicos. Esta intrigante negociación podría explicar sus visitas ocasionales a Mónaco y su papel en la vida pública. No obstante, fuentes cercanas a la princesa aseguran que ella no está en absoluto contenta con esta disposición y ya no desea continuar simulando una relación junto a Alberto. Sin embargo, enfrenta un obstáculo importante: la imposibilidad de divorciarse. Las condiciones del matrimonio y las leyes vigentes en Mónaco establecen que, en caso de separación, la custodia total de los hijos de la pareja sería otorgada a Alberto de Mónaco, lo que implicaría que Charlene perdería todos los derechos sobre sus hijos y la oportunidad de ser parte de su crianza.

De acuerdo con una fuente citada por el diario alemán ‘Bild’, “la desactivación de la cuenta de Instagram es parte del acuerdo entre Charlene y Alberto. A cambio de dejar la comunicación en manos de palacio se le permite retirarse allí (a Suiza) y obtener libertad en otro lugar”. También se ha dicho que Charlene y Alberto de Mónaco han desarrollado una peculiar forma de relación, donde la princesa debe solicitar una cita para ver a su esposo. Asimismo, los informes sugieren que el tiempo con sus hijos también está sujeto a un arreglo de turnos.