Charlène de Mónaco no es realmente de Mónaco. Dicen que es de Sudáfrica, pero tampoco, realmente es de Zimbabwe, un país del sur de África en el que nació. Jovencita, eso sí, se mudó a Sudáfrica, y allí sufrió los estragos de uno de los principales males de la humanidad, el racismo. En Sudáfrica el racismo golpeó muy duramente "a favor" de los blancos y en contra de los negros. Allí se recortaron los derechos humanos de manera brutal y Nelson Mandela acabó en la cárcel. A los gobernantes les molestaba el hecho de que hubiera gente negra y les hacían la vida imposible. Por suerte, ahora, décadas después, ya no es así. En Sudáfrica impera la igualdad gracias a Cyril Ramaphosa, su actual presidente desde el pasado 2018.

Charlène en Sudáfrica Twitter

Pero la princesa monegasca ya ha contado en más de una ocasión cómo fue su etapa en Sudáfrica. No lo pasó nada bien, aun y ella ser una de las "privilegiadas" del desprecio racial por el simple hecho de ser blanca. Surrealista todo, recuperamos ahora unas declaraciones de antaño de la mujer de Alberto II de Mónaco en las que expresa que sufrió los flagelos del repugnante apartheid. "Me encontré con la segregación racial. Me separaron de los otros niños. Fui testigo de las injusticias y desigualdades que se ceban especialmente con los más pequeños", relata. Es por eso que Charlène decidió tomar cartas en el asunto y ahora, siempre que puede, apoya públicamente a la nueva dinámica del país africano con capital en Johannesburgo. Pero no se queda todo en palabras: en más de una ocasión ha ido al país a dar su apoyo.

Charlène de Mónaco GTRES

Fue, por ejemplo, en 2011, cuando pocos meses después de convertirse en princesa de Mónaco, estuvo en su país natal y apoyó públicamente a la fundación del arzobispo Desmond Tutu, cuya labor se centra en la lucha contra el sida y en pro del bienestar de los niños sudafricanos. Allí acudió sencilla, sin maquillaje, mostrándose al natural junto a niños que soñanan (y sueñan) en grande. Se la veía feliz y con muchos objetivos en la vida. Tener descendencia no es lo único que la llenaba por dentro (poco tiempo después tendría a Jacques y Gabriella), sino también ayudar a este tipo de fundaciones benéficas en Sudáfrica. "Las organizaciones no lucrativas han sido duramente golpeadas por la crisis económica global que ha dejado una crisis financiera que afecta a cientos de miles de personas necesitadas en Sudáfrica", subrayaba. Maravillosa Charlène, la princesa más solidaria.

Charlène Mónaco con niños en Sudáfrica en 2011 Archivo

A punto de morir en Sudáfrica

No de todos los viajes a Sudáfrica en su etapa democrática guarda buenos recuerdos Charlène. La consorte de Mónaco tuvo en su último periplo por Sudáfrica una experiencia muy desagradable que estuvo a punto de ser mortal. La cuñada de Carolina de Mónaco estuvo ingresada en un hospital de allí por una infección múltiple y, según se indicó en su momento, "a punto estuvo de morir". Por suerte, la princesa se salvó y pudo salir de aquél berenjenal médico sin costes mayores para su salud a día de hoy. Tardó en recuperarse (lo acabó de hacer en una clínica en Suiza), pero cuando volvió al Principado volvió con todo. Es brillante.