Charlene ha lidiado con problemas de salud desde hace casi dos años, pero fuentes cercanas al Palacio Grimaldi afirman que la verdadera causa de su larga ausencia en el Principado no fue una simple infección de oídos, nariz y garganta, sino su adicción a los somníferos. Según la revista 'Here', la sudafricana se ha vuelto dependiente de un cóctel de pastillas para conciliar el sueño, pero en dosis mucho más altas de lo recomendado por los médicos, de modo que estuvo ingresada en una clínica de rehabilitación. La princesa estaría tratando de dejar unas pastillas para dormir que habría tomado durante varios años. Los medios señalan que se trata de una mezcla hecha con “Stilnox, Imovane y derivados de Carfentanil”, que habría tomado desde hace más de 9 años.
Pese a los rumores que circularon en el pasado, que el príncipe Alberto salió a desmentir, nunca se habló de adicciones y siempre se especuló con que la princesa Charlene padecía una enfermedad que necesitaba tratamiento constante, debido a que fue causada por una extraña infección. “Ni cáncer ni tampoco tratamientos estéticos", fue lo que dijo su esposo cuando la ingresaron en una clínica privada de Suiza. Pero actualmente se dice que el príncipe Alberto le habría pedido a la princesa que dejara de lado su adicción mientras estaba fuera de casa, y ella ha accedido, según fuentes. Se espera que la princesa vuelva a sus labores muy pronto.
El cambio de look de Charlene no es muy alentador y parece lucir más enferma
Además de su mirada triste y su poca expresividad, el primer detalle que llamó la atención fue su icónico pelo rubio platino, que ha sido reemplazado por un castaño sin gracia que no le favorece en absoluto. Así que, algunos medios han señalado que la esposa del príncipe Alberto parece haberse sumergido en una apariencia aburrida y desaliñada, sumando diez años y un mar de tristezas a su cara. Según los expertos en salud mental, un cambio tan radical de apariencia no debe tomarse como un simple acto de vanidad, sobre todo en el caso de aquellas personas cuya salud física y mental ya ha sido objeto de preocupación en el pasado, dado que podría tratarse de un grito de auxilio silencioso.
Una vida amorosa nada feliz es lo que ha tenido Charlene con Alberto
Por todos es sabido que la princesa no se casó enamorada. De hecho, en el último momento quiso huir, pero la interceptaron. También se comenta que Charlene y Alberto habrían tenido a sus hijos mediante fecundación in vitro, ya que no mantendrían relaciones íntimas. Hasta dormirían en habitaciones separadas. La relación entre ellos podría estar completamente rota. La idea de la nadadora fue marcharse a Suiza y no volver nunca más. Su todavía marido le ha pedido que mantengan las formas a cambio de 12 millones de euros anuales. Aunque vivan separados deberá hacer acto de presencia en todos los eventos.