La vida privada de los príncipes de Mónaco: ¿realidad o ficción? La reciente publicación de unas imágenes de los príncipes de Mónaco paseando por las calles de Florencia ha vuelto a poner en el ojo del huracán la relación de Alberto de Mónaco y su esposa Charlene. En las fotos se aprecia una distancia y lejanía entre ellos, que contrasta con la actitud cariñosa que muestran en eventos públicos, lo que ha avivado los rumores de una supuesta crisis en su matrimonio y la teoría de que Charlene ya no quiere ser la princesa de Mónaco, dado que su matrimonio con el príncipe Alberto está irremediablemente roto.
Existe una gran diferencia entre una fotografía pensada para ser publicada ante la prensa y una imagen captada sin que los protagonistas lo sepan. En el caso de Charlene y Alberto, la actitud del matrimonio monegasco en frente a la prensa dista mucho de lo que se aprecia cuando no hay fotógrafos presentes, así que ambas imágenes representan las dos caras de la moneda, o lo que es lo mismo, las dos vidas de Charlene y Alberto de Mónaco.
De hecho, hace tan solo unos días, a la ex nadadora olímpica se le olvidó que debía ensayar una mejor sonrisa antes de ser fotografiada junto a su marido, el príncipe Alberto, y sus dos hijos en el torneo de tenis Master 1000 de Montecarlo, evento realizado en el Monte-Carlos Country Club. Durante el torneo, los pequeños Jacques y Gabriella Grimaldi se mostraban realmente cariñosos con su madre, pero Charlene parecía no querer estar allí, ya que mantuvo una actitud fría y distante durante todo el evento.
En las imágenes captadas por los fotógrafos, se evidencia que la sudafricana apenas habló con su esposo y su sonrisa parecía forzada, actitud que generó una gran tensión e incomodidad entre la pareja. Como era de esperarse, la indiferencia de Charlene ha avivado los rumores de crisis en su matrimonio con el soberano monegasco, especulaciones que ya habían sido alimentadas por su reiterada ausencia en el Baile de la Rosa, al que no asiste desde hace casi 10 años.
La fortuna que cobra Charlene por seguir siendo ‘la princesa de Mónaco’
A pesar de que el Palacio Grimaldi ha desmentido esta serie de rumores una y otra vez, algunos medios franceses han asegurado que el matrimonio entre el príncipe Alberto y su mujer solo se mantiene en pie gracias a un millonario acuerdo económico entre ellos. Según la revista ‘Voici’, el príncipe serenísimo le ofreció a Charlene un sueldo de 12 millones de euros al año para que ella permanezca a su lado y retome su agenda oficial como consorte de Mónaco, mientras disfruta de la posibilidad de vivir una “vida independiente con presencia regularizada”.
A pesar de que la cifra que recibirá anualmente no es para nada despreciable, lo cierto es que Charlene no aceptó este convenio solo por el dinero, sino para no perder a sus dos hijos. Según dictan las leyes de Mónaco, en caso de divorcio, la custodia de los mellizos le corresponde en su totalidad al príncipe Alberto, por lo que Charlene no tendría ninguna potestad sobre sus hijos si abandona sus deberes reales.