Iñaki Urdangarin y Cristina ponen punto y final a su relación con la firma del divorcio que se efectuará las próximas semanas después de más de un año de batallas legales con sus abogados para llegar a un acuerdo. Las exigentes peticiones del exduque de Palma eran el mayor inconveniente. Ha sido tiempos muy difíciles especialmente para sus hijos. Miguel e Irene han sido los que peor lo han pasado con la ruptura. Pablo el más conciliador y Juan quién más se ha posicionado al lado de su padre. Ha pedido en más de una ocasión a su madre y a su abuelo que cedan de una vez ante las peticiones de divorcio del exjugador de balonmano porque por culpa del emérito ha pagado con la prisión.

Iñaki con sus hijos efe

Juan Urdangarin es el hijo mayor de Iñaki y Cristina, y es quien más consciente fue del momento donde sus padres declararon en un juicio y el exduque terminó ingresando en prisión. Además, vivió varios cambios de domicilio. De Barcelona a Washington y de Washington a Ginebra, hasta que fue mayor de edad y se independizó.

Juan Urdangarin vivió una adolescencia muy complicada por el ingreso en prisión de Iñaki 

El mayor de los Urdangarin sufrió todo tipo de insultos en el colegio. Los niños conocían la historia de sus padres porque lo veían en la televisión, no se hablaba de otra cosa, y en casa, sus progenitores hablaban de Iñaki y Cristina. Todos los padres les miraban mal a la entrada y salida del colegio.

Juan Urdangarin

Juan fue el más maltratado de todos. Vivió el juicio mediático en sus propias carnes. Salía a la calle con sus progenitores y veía como toda España les insultaba. “Chorizo”, le llamaban, entre otros insultos. Tuvo que irse de Barcelona y abandonar a todos sus amigos. Era adolescente, la época más difícil de cualquier joven.

“Esta presión que sufrieron en Barcelona cuando volvieron de Washington. Juan fue el que más sufrió, incluso algún ataque físico en el Club de Tenis Barcelona con niños que le perseguían, le llamaban chorizo por lo que hacía su padre, que le tiraban pelotas de tenis a la cabeza. Ellos tenían ciertos rencores o ciertas cosas que limar con su padre, pero poco a poco lo han ido haciendo. Y ahora Iñaki tiene una relación mucho más sana con sus hijos. Pero eso no evita que en la mente de esos niños ese referente haya pasado por la cárcel y haya puesto los cuernos a su madre. Esto no lo puedes borrar de tu mente por mucho que sea tu padre”, compartió el periodista Nacho Gay en su libro ‘Urdangarin. Relato de un naufragio’.