Pierdan cualquier esperanza: las nuevas generaciones royals están decididas a perpetuar los modelos que han mamado en casa. Ni Felipe ni Letizia han cambiado nada de lo que han heredado de Juan Carlos y Sofía, ni tampoco parece que lo hará la princesa Leonor a lo largo de su vida. Eso en el caso de España, pero podemos mirar más allá: por ejemplo, en la estimada Dinamarca, el nuevo juguete de la crónica royal por inagotable en chismorreo y alborotos. Federico X y Mary Donaldson, nuevos monarcas del país, han optado por el comportamiento escandaloso y la compra del silencio como su método para acceder a la corona de Margarita II, inmolada en su beneficio. El reinado de la nueva dupla no se caracteriza por nada innovador, más allá de ser extremadamente holgazán y evasivo. Y para redondearlo, tenemos al tercero en discordia, el heredero Christian, de 18 años y con mucha plancha en casa. Se ha encontrado en la pole position sin saber exactamente cómo, y al chico le ha cogido en un momento de levantamiento general. Cosa de hormonas y de la juventud.

Christian era noticia hace unos días por lo mismo que su homóloga Leonor de Borbón: porque sale de fiesta. La mayoría de edad, la juerga, los amigos. Los vicios. Salieron unas fotografías del príncipe consumiendo tabaco. No fumaba, pero sí está enganchado a la nicotina. Si Leonor vapea, él consume lo que se conoce como Snus, una variante sueca en polvo y que se toma por vía oral. Allí es muy popular, no deja marcas evidentes. Otra cosa es que sea perjudicial, claro. Que el heredero no quería que lo vieran utilizándolo se evidencia en las imágenes, esconde la caja de metal de manera medio furtiva. Una de aquellas fechorías inconfesables.

Ahora, sin embargo, el caso de que nos ocupa es peor. Hablamos de una temeridad, de una irresponsabilidad, de una infracción que ha hecho avergonzar y enmudecer a la Casa Real, amplificando el escándalo que supone entre la opinión pública local. Para poner en antecedentes, con Christian pasa una cosa excepcional, desde nuestro punto de vista: obtuvo el carnet de conducir tiempo antes de culplir los 18. No podía esperar, y en Dinamarca se hace una excepción en casos como el suyo. No el ser de sangre azul, claro, hablamos de una opción factible para todos los jóvenes del país. Se puede conseguir la licencia con restricciones, pero permite conducir. En este caso, un SUV de una marca alemana muy famosa. Pues bien, se ve que no asistió a las clases, que se pasa el reglamento por el Arco de Triunfo danés, o que se siente diferente de los plebeyos. Todo podría ser. ¿Por qué motivo? Por conducir sin cinturón de seguridad. Así lo han pillado.

Christian de Dinamaca sin cinturón / Instagram

Es paradójico que el mismo día que Federico X, engalanado como en las grandes ocasiones, esté a punto de pegarse una leche ridícula para olvidar que iba atado con el dispositivo del coche real, el hijo haga el tarambana yendo de un lado a otro sin él. El digital danés 'Se og Hør' ofrece las imágenes de la discordia, y que han provocado un apagón informativo de los Glücksburg, mucho más pendiente de celebraciones náuticas y papelones que de asumir la responsabilidad de la mala imagen del heredero. Han actuado como hacen las monarquías: callar y tapar la denuncia del medio. Lo que decíamos: la vida sigue igual, que cantaba aquel.

Federico X, problemas con el cinturón / Se Og Hor