Letizia se destacó en la televisión durante su época dorada en TVE, siendo presentadora de 'Informe Semanal' y convirtiéndose en una figura reconocida en los informativos junto a Alfredo Urdaci. A pesar de su breve presencia en la pequeña pantalla, su vida dio un giro cuando se enamoró de alguien que cambiaría su destino, aunque inicialmente mostró resistencia. Felipe VI la descubrió en la televisión y quedó prendado de ella, haciendo todo lo posible por establecer contacto con la asturiana.
Fue en una fiesta privada organizada por Pedro Erquicia en su ático donde Letizia y Felipe se conocieron. Ambos estaban solteros en ese momento; ella recientemente divorciada de Alonso Guerrero, aunque se le vinculaba sentimentalmente con un colega de profesión, David Tejera.
El príncipe Felipe estaba profundamente enamorado de Letizia y buscaba encuentros casuales con ella. Tanto él como Juan Carlos investigaron a fondo a la asturiana, pero la periodista fue honesta con su futuro esposo, revelándole algunos aspectos que podrían afectarles en el futuro, como sus presuntos dos abortos. El príncipe agradeció su sinceridad y tomó medidas para eliminar cualquier evidencia. Sin embargo, el hijo de los eméritos no estaba completamente al tanto de toda la información que su futura esposa guardaba.
Juan Carlos investigó a todos los Ortiz Rocasolano
Mientras que la reina Sofía dio una oportunidad a Letizia, Juan Carlos no podía ni verla, la detestaba. Tal vez porque la relación de Felipe le recordaba a la que él mantuvo con Olghina de Robilant, también era periodista y escritora, y su padre Juan de Borbón rompió la relación para casar a su hijo con la emérita. Como hizo con Eva Sannum e Isabel Sartorius, posibles candidatas a reina, el exmonarca investigó a Letizia. Mandó la orden a sus amigos del CNI. La información que le facilitaron no era de su agrado. Tenía demasiados episodios oscuros. Se los hizo saber a Felipe, pero él le dejó claro que iba a casarse con Letizia, era la madre de sus hijos, y si no le gustaba dejaría la corona.
Juan Carlos investigó a Letizia y a toda la familia, no se dejó a ningún Ortiz Rocasolano, ni a los padres de la futura reina, ni tan siquiera a sus abuelos. El emérito se reía siempre de ellos, no soportaba verles por Zarzuela. A su abuelo lo apodó “el taxista”. Los padres de Letizia estaban divorciados. Pero además no eran religiosos, y tampoco se declaraban muy amantes de la corona, aunque nunca ha existido un episodio que les perjudique en algún aspecto. Paloma Rocasolano no se ganó el cariño de sus consuegros, pero sí el de Felipe.