Letizia siempre ha mantenido una relación tensa con los miembros de la familia Borbón, un hecho que no oculta. La reina ansiaba la oportunidad de ascender al trono para apartarlos. Ante los escándalos protagonizados por Juan Carlos y el caso Nóos, en un intento de salvaguardar la imagen de la monarquía, Letizia instó a Felipe a renunciar al trono en favor de su padre y a despojar al resto de la familia de sus responsabilidades institucionales y sus salarios provenientes de los Presupuestos Generales del Estado. Desde entonces, se han distanciado por completo de la familia. De hecho, en la última década no existe ninguna fotografía que los reúna a todos, ya que Letizia evita que Leonor y Sofía tengan contacto con sus tías, primos o abuelo.
En sus primeros días como princesa, Letizia consideró seriamente abandonar la residencia de Zarzuela. La ambición la llevó a probar, pero pronto se dio cuenta de su error. Se percató de que ese no era su lugar, aunque carecía de muchas opciones para escapar. Siguiendo el consejo de una psicóloga, Letizia encontró en la escritura de un diario un medio para expresar sus frustraciones hacia los Borbón, la familia que la dejó completamente sola simplemente por ser plebeya. Sin embargo, esas páginas, junto con otras pruebas perjudiciales para la monarquía, fueron ordenadas a destruir.
Pilar Eyre recuerda que, al decidir priorizar su amor, Letizia tuvo que renunciar a su profesión apasionante y mudarse a la sombría residencia del príncipe, donde pasó meses recibiendo lecciones de Protocolo, Historia, Inglés y Religión. A partir de ese momento, perdió su voz y voto, sin la posibilidad de expresar su opinión ni siquiera en decisiones cruciales, como la fecha de su propia boda, un momento mágico para cualquier mujer.
El CNI destruyó el diario donde están todos los secretos de los Borbón
Eyre relata que, cuando Letizia expresaba inconformidades, el personal de Zarzuela le sugería: "Haga listas, señora", y ella llevaba consigo un cuaderno donde anotaba todo. Sin embargo, este diario tuvo una vida breve, ya que Felipe ordenó su destrucción para evitar que cayera en manos ajenas. Esta destrucción resulta significativa, ya que, según Eyre, al quemar ese tipo de diario en la chimenea del palacio, quizás Letizia también se dio cuenta de que estaba quemando su pasado para iniciar una nueva vida.
Lo que Letizia escribía en esas páginas ya no está disponible para ser conocido. El diario ha desaparecido por completo, y el calvario que ha experimentado Letizia con los Borbón y la monarquía persiste únicamente en su mente, probablemente hasta su muerte. Pilar Eyre también sostiene que el matrimonio está completamente fracturado y que podrían divorciarse el próximo año, cuando la infanta Sofía alcance la mayoría de edad.