El escándalo que rodea a Bárbara Rey y su relación con Juan Carlos I continúa revelando detalles sorprendentes, y uno de los aspectos más oscuros es la supuesta implicación de los servicios secretos españoles, el CNI (anteriormente CESID), en una operación para recuperar material comprometedor. Un elemento clave en esta trama es la participación de una figura inesperada: la aristócrata Cristina Ordovás, condesa Ruiz de Castilla, quien habría jugado un papel fundamental como cómplice en el engaño a la famosa vedette, tal y como señalan en ElCierreDigital.

El vínculo entre Bárbara Rey y la condesa se remonta a los años 90, en pleno auge de la relación secreta entre la actriz y el entonces rey de España, Juan Carlos I. A pesar de las advertencias de personajes importantes como Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey, y los propios servicios secretos, Bárbara Rey retomó su relación con el monarca. Fue en ese contexto cuando la condesa Ruiz de Castilla, que formaba parte del círculo de amistades del rey, reapareció en la vida de la actriz.

Bárbara Rey fue engañada por la condesa Ruiz de Castilla para que el CNI tuviera vía libre en su casa

A partir de 1996, la condesa y Bárbara Rey restablecieron su amistad, con la aristócrata ganándose la confianza de la vedette. Sin embargo, lo que Bárbara Rey no sabía era que Cristina Ordovás mantenía contactos frecuentes con el CNI, e incluso visitaba con regularidad la sede del CESID en el número 3 de la Castellana. Esta relación con los servicios secretos fue clave en los hechos que sucedieron poco después.

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En 1997, Bárbara Rey denunció públicamente que había sufrido un robo en su casa de Boadilla del Monte. Según su testimonio, le habían sustraído material sensible que incluía cintas de casete, vídeos y diapositivas que contenían grabaciones comprometedoras de sus encuentros privados con el rey emérito. Además, Bárbara aseguró que estaba recibiendo amenazas de muerte y que estaba siendo perseguida por los servicios secretos.

El papel de la condesa Ruiz de Castilla en este episodio fue crucial. La noche en que se produjo el robo, ambas mujeres asistieron a los Premios Bombín en el Casino de Torrelodones, un evento al que, según parece, la condesa habría llevado a Bárbara Rey con el propósito de mantenerla distraída mientras los agentes del CNI registraban su casa en busca del material comprometedor. Lo que Bárbara Rey ignoraba en ese momento era que su amiga, la condesa, había orquestado toda la operación.

Bárbara Rey

Ruiz de Castilla mantuvo la mentira al aconsejar a Bárbara Rey después del robo

Después del robo, la condesa Ruiz de Castilla continuó con su doble juego. Recomendó a Bárbara Rey ponerse en contacto con un agente de la policía, Miguel Ángel Díez, quien ya tenía experiencia en casos de gran repercusión, como la investigación de la carta-bomba que hirió gravemente a Juan Goyeneche Moreno, el esposo de la condesa. Además, la aristócrata presentó a Bárbara varios abogados para que la asesoraran sobre cómo proceder legalmente ante la gravedad del caso y el miedo que sentía por su vida.

Este episodio muestra cómo la condesa Ruiz de Castilla fue utilizada por los servicios secretos para infiltrarse en la vida de Bárbara Rey, ganándose su confianza y facilitando el acceso al material que el CNI necesitaba recuperar. La trama, con toques de traición y manipulación, ha dejado al descubierto la compleja red de intereses y complicidades que envolvieron a la vedette en su relación con el rey emérito, y cómo los servicios secretos estuvieron dispuestos a todo para proteger al monarca.