La familia real ya ha hecho su tradicional 'posado' veraniego para tener contentos a la legión de palmeros que no pueden vivir sin ver la foto de la familia feliz inaugurando sus vacaciones. Todo el mundo en Palma excitado por ver a Felipe, Letizia y las niñas haciendo el paripé, saludando a todo quisqui y dejándose hacer fotos los cuatro juntitos en la isla. Letizia, morenísima, con una vestido dos piezas de falda y camisa verde sin mangas, Felipe sin corbata, tal como pregona Pedro Sánchez, para ahorrar energía, y las niñas con vestiditos.
La Cartuja de Valldemossa fue el lugar escogido por los Borbones para hacer la foto oficial, y donde aparecieron los cuatro sonrientes, siendo Leonor y Sofía las que captaron todas las miradas de los asistentes. Centrémonos, sin embargo, en la heredera, que lució un vestido estilo boho en blanco, de Sfera, manga larga y falda corta combinado con alpargatas blancas de la marca Mint & Rose. Pero un detalle difícil de ver a primera vista ha llamado la atención de algún medio, como Vanitatis, que se ha fijado en qué llevaba a la princesa con respecto a complementos.
Un misterioso colgante
Últimamente, hemos visto cómo Leonor poco a poco va ampliando su abanico y sus complementos. Hace poco la vimos lucir un anillo importante, con la curiosidad de que lo llevaba como tantas veces le hemos visto a su madre con el anillo de Karam Hallam: en el dedo índice de la mano. Este lunes en Mallorca, lo que ha hecho prestar la atención en ella no ha sido un anillo, sino un colgante.
Porque la hija de los reyes poco a poco va haciéndose con un joyero con piezas propias de chicas de su edad, y para la puesta en escena de la foto ante los medios, su elección ha generado sorpresa y algunas incógnitas, especialmente por su procedencia. Aparte de unos pendientes inspirados en las cañas de bambú, como explica el citado medio, Leonor llevaba una cadenilla dorada en el cuello, con un pequeño brillante y una palabra en árabe. ¿Cuál? Ni más ni menos que 'amor', una explícita palabra que todo el mundo se pregunta si su destinatario (o, quien sabe, quizás la persona que se lo regaló) es su novio, aquel joven brasileño con pelo rizado y barba, un curso mayor que ella, que vimos cuando llegó de Gales, con la sudadera del internado donde estudia, y que Zarzuela ha escondido después de aquella primera vez que lo vimos. O quizás es algún otro, que habla en árabe. Los estudiosos de la imagen de la familia real, además están interesados porque se desconoce de qué marca es el colgante: "resulta imposible saber a qué firma pertenece el collar de Leonor, ya que existen cientos de versiones de este collar con la palabra 'amor' en árabe", escriben.
Es bueno, sin embargo, recordar que desde bien pequeñas, tanto ella como su hermana Sofía han recibido clases de árabe, lengua que hablan, como demostró la princesa de Girona en el año 2019, cuando pronunció unas palabras para darle la enhorabuena a una de las premiadas. Sea como sea, el bonito colgante es un paso más de la heredera a la hora de confeccionar su propio estilo, aficionada como su madre a los complementos. Lejos quedan los míticos ositos de Tous que lució hace diez años, de pequeña. Después, vendrían unas bolitas de oro amarillo que siempre se ponía en las orejas o los diamantes cuadrados con motivos florales que lució cuando su padre le otorgó la orden del Toisón de Oro. ¿Será el colgante de 'amor el nuevo must de la princesa Leonor? Estaremos atentos a si repite.