El reinado de Carlos III trae consigo una Navidad de marcada tradición real en Sandringham House. Este año, el monarca y la reina Camilla Parker Bowles reciben a familiares, mientras persiste el misterio sobre la posible presencia de los duques de Sussex en la mesa navideña. Los festejos de los Windsor del 2023 prometen estar colmados de invitados, costumbres germánicas, árboles adornados, regalos secretos y un menú especial que rinde tributo a la reina Isabel II.

La noche previa al gran día, la realeza intercambia regalos y se viste con la elegancia que caracterizaba las épocas de Isabel II: damas deslumbrantes con vestidos largos y joyas, y caballeros engalanados en smokings. La velada se inicia con el cóctel favorito de la difunta reina, el Zaza, un elixir de Dubonnet, ginebra y ralladura de naranja. La cena, al estilo francés y bajo la luz de velas, consta de seis platos.

Carlos III y Camilla Parker Bowles brindando

Los detalles íntimos de las mañanas navideñas reales se desvelan: mientras las damas de la familia disfrutan de un desayuno ligero en la cama con frutas, tostadas y café a las 9:00, los caballeros optan por un banquete a las 8:30, lleno de huevos, tocino, champiñones, arenques ahumados y riñones asados. La jornada sigue con la visita obligatoria a la iglesia de Santa María Magdalena, una tradición remontada a los tiempos de la reina Victoria.

El gran banquete navideño: honrando a Isabel II con su postre preferido

La comida navideña se lleva a cabo con precisión, iniciando a la una de la tarde. Las mesas adornadas con fina mantelería y candelabros reciben a los comensales, brindando con champán Veuve Clicquot y nueces. El festín incluye ensaladas de gambas, pavo asado y guarniciones tradicionales como chirivías, zanahorias y coles de Bruselas. El postre, un homenaje a la reina Isabel II, es una exquisitez de chocolate negro Yule Log que corona la celebración gastronómica. Esta elección es especialmente significativa durante el reinado de Carlos III, ya que a pesar de su aversión al chocolate, el rey ha optado por mantener vivo el legado de su madre incluyendo su postre favorito en el menú.

Chocolate negro Yule Log

Tras la comida, a las tres de la tarde, todos se reúnen para presenciar el discurso del monarca, el segundo de Carlos III como rey. Posteriormente, un breve descanso precede al té con pastel de frutas, tronco de chocolate y más delicias.

Un festín nocturno para cerrar el día

La velada culmina con una opulenta cena tipo buffet que consta de quince a veinte platos repletos de exquisiteces: se incluyen carnes asadas cortadas en el momento en la mesa, cabeza de jabalí rellena, lengua de buey, jamones, mariscos, verduras, galletas de jengibre, pudín y una selección de bebidas como brandy o sidra. Justo antes de esta cena, el chef principal se dirige al comedor y procede a cortar la costilla del pavo o del jamón que será servido. Posteriormente, el chef ofrece al monarca un vaso de whisky, momento en el que ambos brindan.

La mesa real en Sandringham ofrece una ventana a las tradiciones y exquisiteces que caracterizan la Navidad de la realeza británica, honrando el legado de la difunta reina Isabel II y abrazando la nueva era bajo el reinado de Carlos III.