Una faceta de la princesa Leonor ha vuelto al centro del debate público. Y no tiene que ver ni con sus mareos a bordo del Juan Sebastián Elcano ni con sus fotos en bikini. Esta vez tiene que ver con su actitud ante la religión, un tema especialmente delicado para quienes ven en la monarquía española los valores tradicionales ligados al catolicismo. Según testimonios de compañeros del buque escuela Juan Sebastián Elcano, donde la heredera al trono ha continuado su formación, Leonor no asiste a misa, no participa en actos religiosos y evita gestos como santiguarse, incluso en ceremonias solemnes celebradas a bordo durante la Semana Santa.

Esta información no sorprende a quienes han seguido de cerca la relación entre la reina Letizia y la Iglesia. Desde su llegada a la familia real, Letizia ha mostrado una postura distante respecto a la fe católica.

Letizia, muy distante con todo lo que tiene que ver con la Iglesia

En su momento se declaró agnóstica antes de casarse con el entonces príncipe Felipe, y aunque posteriormente aseguró haber “visto la luz”, su comportamiento continuó marcando una clara separación con lo religioso. A menudo ha evitado hacer la señal de la cruz en actos públicos y, en más de una ocasión, la Casa Real ha tenido que pedir disculpas por su falta de participación en eventos relevantes.

Leonor, la misma postura que la reina Letizia con la religión católica

Lo que ahora preocupa a sectores católicos y conservadores no es solo el escepticismo de Letizia, sino la posibilidad de que haya influenciado profundamente a su hija Leonor. Fuentes próximas al entorno militar del Elcano aseguran que la princesa no se muestra interesada por los actos de fe, ni siquiera por cortesía institucional. No se santigua al ingresar a templos en las escalas del barco, ni durante las misas organizadas a bordo. Su actitud, describen, es la de alguien que no cree en Dios y que no se identifica con el catolicismo.

Leonor vestida con el uniforme blanco de la Marina

Esta postura supone un choque con la tradición monárquica española, históricamente vinculada de forma muy estrecha con la Iglesia. Desde los Reyes Católicos hasta los Borbones, la monarquía ha sido vista como un pilar del cristianismo en el país, y el distanciamiento de Leonor respecto a esa base genera incertidumbre sobre la legitimidad simbólica que debería encarnar como futura reina.

En varias ocasiones en España, la princesa tampoco ha asistido a misa, ni en Semana Santa ni en otras festividades religiosas. No se la ha visto participar en procesiones ni en actos litúrgicos emblemáticos. Esta actitud se repite una y otra vez, reforzando la percepción de que, como su madre, Leonor podría considerarse agnóstica, lo cual, aunque legalmente irrelevante, es un golpe duro para la institución cristiana.