No todos los concursantes de OT que buscaban un sueño, lograron mantenerse en el complicado mundo de la música. De la primera edición es de la que se recuerdan más nombres, así como del regreso del formato en 2017. Sin embargo, solo uno ha podido vivir íntegramente de ello y convertirse en un éxito. Se trata de David Bisbal, quien ha conseguido una proyección nacional e internacional muy exitosa. Otros compañeros han tenido que pasarse a la televisión para subsistir, como Chenoa, Bustamante o Rosa López. Otros nombres han desaparecido completamente. Es el caso de Geno.
La música ya corría por su sangre, ya que proviene de familia de artistas, pero la concursantes de la primera edición de OT no ha tenido la misma suerte. A día de hoy dirige una academia de canto en Marbella, casada con José Santos y padres de Marcos y Luca, de 7 y 3 años respectivamente.
Tras salir de la academia, era una chica soñadora que deseaba comerse el mundo y triunfar en el mundo de la música, pero descubrió demasiado pronto la cara B. Vivió momentos muy duros. "Lo que yo he pasado no se lo deseo a nadie. Fueron momentos muy críticos y me ofrecieron cosas bastante indecentes que no quise hacer. ¡Y me daban mucho dinero!”.
Falleció su padre y la engañaron
A pesar de que su paso por la Academia fue algo inolvidable, Geno reconoce que "ser 'Geno, de OT' me cerró muchas puertas. Sobre todo a medida que se sucedían las ediciones". Era una fábrica de concursantes y no había espacio para todos. Dejaron de llamarla y se quedó sin trabajo y sin ingresos. Cuando llegó la crisis en 2008 perdió todo su dinero.
Su padre era quien se encargaba de sus negocios, al fallecer, llegó su gran crisis. "Te rodeas de las personas equivocadas y eso te lleva a la ruina. Un tipo se metió en mi casa y me dijo: 'No te pienso pagar más y me quedo con tu casa’”.
Respecto al éxito de algunos de sus compañeros asegura que “no fue favoritismo. Es el negocio. ‘OT’ era un negocio, un programa con mucho dinero de por medio. Ahora soy una profesional, me he formado, pero hace 16 años era una niña y había compañeros que ya eran profesionales. Aunque no te niego que en aquel momento todos queríamos triunfar y fue como un jarro de agua fría, estoy convencida de que era el momento de aquellas personas y no el mío”.
Fueron momentos tan complicados que incluso se quedó “calva”, reconoce. "Incluso en aquella época perdí tanto peso que me quedé solo en 45 kilos", ha confesado.