Iñaki Urdangarin es el chivo expiatorio de la Casa Real, tanto por los negocios ilegales y delictivos como por las infidelidades. Igual que hacía Juan Carlos, pero a diferencia del suegro, el señalado como adúltero es Urdangarin. Ya le pasó con el caso Noos. Sólo él fue a la cárcel y ahora sólo Iñaki recibe el calificativo de infiel y toda la prensa se solidariza con la mujer engañada, la infanta Cristina. Pero el entorno de Urdangarin, una gran familia vasca del PNV, no se encoge. Y filtran que Iñaki está enamorado de Ainhoa, la amante, y que ya le ha pedido el divorcio a Cristina. Es la infanta quien se niega a romper el matrimonio.
El equipo de Viva la vida, el programa de Telecino, ha estado 48 horas en Vitoria para investigar el estado de la relación entre Iñaki y Ainhoa Armentia. Preguntan a los vecinos que revelan que la pareja, Ainhoa e Iñaki, están pasando el fin de semana juntos fuera de Vitoria. El entorno de Ainhoa desembucha: "Sí, Ainhoa está separada desde mayo del año pasado. Ella no ha sido infiel a nadie. Ainhoa e Iñaki eran de la misma cuadrilla y se han enamorado". Primera noticia: Ainhoa no ha puesto los cuernos a su marido.
Los amigos de Ainhoa afirman que "En su momento, su familia le pidió que pensara en sus hijos. Que ella e Iñaki hicieran las cosas bien y que empezaran una vida juntos cuando los dos estuvieran separados". Y la noticia es que presionado por Ainhoa, Iñaki Urdangarin ordenó a su abogado que empezara a preparar los papeles del divorcio: "Su abogado lleva un mes preparándolo todo. La familia de Ainhoa está cansada y hay personas que sufren". El matrimonio real está roto de manera irrevocable, a pesar de algunos periodistas han insistido en el murga de la reconciliación.
El abogado de Iñaki, señalado: "De forma tendenciosa dijo que es una interrupción temporal y que la infanta es una gran mujer. Hizo luz de gas". Mario Pascual Vives haciendo ver que el matrimonio podía seguir. Falso. Ainhoa le dio un ultimátum: "Si quieres que sigamos adelante tienes que separarte, yo ya he tomado la decisión de separarme". Ella ve una foto de Iñaki y Cristina y no le sienta bien. Iñaki va a Suiza y la infanta le dice "No me quiero separar" y él contesta: "Yo sí me quiero separar, es una decisión no solo tuya". Una reunión tensa pero no como se suponía hasta ahora: no fue una bronca de Cristina a Iñaki sino una súplica de la infanta pidiendo que el matrimonio siga.
Las fotos que abren la caja de los tronos, las de los amantes en la playa de Bidart, eran consentidas: amarse en público era una manera de provocar la catarsis. La manera de acosar a la infanta Cristina, que se resistía a separarse y no quería el divorcio, era no ocultar la relación extramatrimonial. Cristina quería hacer como su madre: aguantar los cuernos y el matrimonio. Resignarse para no adquirir el estatus de divorciada. Ha intentado hacer desistir a su todavía marido con un convenio de separación muy generoso: pasándole una pensión de 5 mil euros mensuales. Iñaki quiere el dinero y la nueva novia. Urdangarin, como quedó claro con el Instituto Noos, es ambicioso: lo quiere todo. Y la infanta cornuda y pagando la fiesta.