Corinna Larsen tira de la manta. Investigada en España por delitos de cohecho y revelación de secretos, y en el punto de mira de la justicia suiza por una donación de unos 100 millones de euros de rey Juan Carlos, la examante del emérito no piensa hundirse sola y está dispuesta a explicar hasta qué punto estarían implicados los otros miembros de la familia real española. En una entrevista que publica este domingo el diario The Telegraph, la aristócrata alemana apunta con contundencia hacia el palacio de la Zarzuela.
Confundida. Así se declara Corinna después de ver cómo la interrogan a ella por haber recibido dinero de la fundación Lucum de Juan Carlos, pero no investigan a otras personas que también habrían cobrado. Asegura que el exmonarca hizo donaciones a otra novia y a sus propios hijos, Felipe, Elena y Cristina, que además habrían tenido acceso al metálico que llegaba a España desde Suiza. Y afirma también que cuando eran amantes el rey la llevó en un tour por la Zarzuela y le enseñó la "cámara del dinero", una habitación con grandes cantidades de billetes. "El dinero en efectivo no se puede rastrear, así que había un montón en el palacio. Por lo que me dijo él, cualquier miembro de la familia que necesitaba dinero, lo cogía", denuncia al rotativo británico.
La examante de Juan Carlos acusa a toda la familia real española y se muestra especialmente crítica con Felipe y Letizia, que hablaron con sus abogados. Amenazada de muerte, reitera su versión que detrás de los ataques contra ella estaban los servicios secretos, con Félix Sanz Roldán al frente, y el mismo rey emérito. Narra lo que le dijo al actual jefe del Estado para que detuviera las campañas de acoso que su padre habría iniciado contra ella. "Le pedí que detuviera la campaña de abusos de su padre, que se mantiene como uno de los miembros de la Casa Real. Si no puedes controlar a tu propia familia, ¿cómo puedes reinar un país?". Dice también Felipe se limitó a distanciarse de los negocios financieros de Juan Carlos que ya habían generado un fuerte escándalo, pero que ignoró sus denuncias de acoso. "Me parece que es sorprendente y desconcertante con el clima de hoy día, que hay gente como Harvey Weinstein. El abuso no siempre es sexual, puede adoptar muchas formas. En mi caso es un abuso psicológico", expone antes de revelar que piensa presentar una demanda en el Reino Unido contra algunos dirigentes del Estado español por acoso.
Más allá de las amenazas de muerte en la casa de Mónaco, Corinna denuncia ahora otro episodio crítico para su vida. En esta ocasion, en Brasil. Afirma que en un viaje alguien la persiguió con un coche, y que en un momento dado otro conductor intentó echarla repentinamente de la carretera. Era abril del 2012. "La noche anterior a marcharme de Brasil, un hombre apareció en la habitación de mi hotel a las 2 de la madrugada y me dijo que había venido a ayudarme a hacer las maletas. No llamó a la puerta ni encendió ninguna luz". Un mes más tarde, esta vez en Londres, Sanz Roldán se presentó en el hotel donde se alojaba. "Mantuvimos una conversación que me dio miedo. Fue como hablar con Hannibal Lecter. Me dijo: si no haces lo que te digo, no puedo garantizar tu seguridad física ni la de tus hijos".
"Siento que soy rehén de la voluntad de dos hombres muy poderosos, el anterior rey de España y el general Sanz Roldán", explica. Y se compara con Wallis Simpson, la mujer por la que Eduardo VIII renunció a ser rey de Inglaterra, y también a Meghan Markle: "Me han culpado de la caída de un hombre (...) la hostilidad se canaliza siempre hacia las mujeres". Corinna carga también contra los culpables de que su hijo Alexander leyera terribles mensajes contra ella cuando tenía sólo 14 años. En un grupo de WhatsApp donde estaba Juan Carlos la llamaron "ladrona y bruja loca e inestable".
Se queja también de los ciberataques continuados contra sus dispositivos electrónicos e incluso contra la alarma de su casa, para hacer que se apague por las noches. "Quieren que sienta que estoy sola, mucha gente se suicidaría si tuviera esta presión. Una campaña brutal, con precisión militar, de la que no se ha salvado ninguna parte de mi vida". La examante de Juan Carlos señala a los que le hacen la vida imposible, y responde a los que dice que justifican los abusos contra ella por el hecho de haber aceptado el dinero del emérito. Defiende que habría ganado el mismo dinero trabajando, si no hubiera dejado de lado su carrera profesional ocho años atrás. "Si me hubieran dado la opción de escoger entre el regalo y continuar con mi carrera, escogería mi profesión". Ya no se muerde la lengua.