El calor está aterrizando abruptamente y empieza aquella época del año, la de los "posados veraniegos". Incluso la Casa Real holandesa se apunta a esta corriente, a pesar de que alejados del estilo Ana Obregón. La española en bikini, chapoteando en el Mediterráneo, como que no sería un referente para Guillermo, Máxima y sus tres hijas. De hecho, se nos hace difícil pensar que sigan ejemplo alguno que venga de España, sobre todo de Zarzuela. Felipe y Letizia han sido muy simpáticos acogiendo a su hija, la princesa Amalia, mientras se escondía de las amenazas de una mafia local, pero en cuestiones de gustos, no encajan. Las formas son diametralmente opuestas, y las comparaciones, odiosas.

La cuestión central aquí es la palabra retrato. Retrato oficial familiar, más concretamente. Como los que compartieron hace unas semanas, convirtiéndose en una extrañísima conmemoración de una fecha: 20 años de matrimonio. La sesión de fotos no era de enamorados, casi ni de marido y mujer. Eran padres, y poco más. De Leonor, la heredera, especialmente. Y después la infanta Sofía, un par de peldaños más abajo. De acuerdo, va, aceptamos que Felipe y Letizia consideran que lo mejor de las dos décadas con la alianza de bodas es haber tenido dos niñas. Que estén superorgullosos. Que no tenga ojos para nada más. Pero es que ni siquiera como recordatorio familiar es demasiado lucido. La impostura, el absurdo y sobre todo, la premeditación de las instantáneas provocan rechazo.

Felipe y Letizia / EFE
Felipe, Letizia, Leonor y Sofía / EFE
Leonor, Letizia y Sofía / EFE

Pues bien, la Familia Real de los Países Bajos ha entrado en el juego de los retratos oficiales y se lo ha pasado. La lección a Zarzuela es brutal, precisamente en todo aquello que adolecen Felipe y Letizia: no son naturales. El gran pecado social de esta corona, el que provoca aversión y alergia en las cosas más triviales. La reina Máxima, cabeza pensante de aquella santa casa, no se complica la vida: ha organizado un breve encuentro con los fotógrafos. Mientras paseaban por el frondoso jardín del Huis ten Bosch, han ofrecido todo tipo de estampas que satisfacían las necesidades de los profesionales convocados. Y después, saludar y ea, a casa. Adiós. Fácil. Y normal, dentro de las posibilidades.

Amalia, Guillermo, Máxima, Ariane y Alexia de Holanda / GTRES

De la serie destacamos a Alexia, la mediana, compañera de promoción de Leonor en el internado UWC Atlantic College de Gales, y también la pequeña y menos conocida Ariane, de 17 años. Es la más joven, pero también la más alta, como la infanta Sofía. Amalia, la heredera con cada vez más peso institucional (y las cuentas bancarias más llenas) juega con el perro, mientras el matrimonio real sí que proyecta unidad, amor y realidad. Seguro que tienen sus cosas, pero como mínimo, fingen mejor. Normal que los fanáticos de Letizia le tengan tirria a Máxima. Se llama envidia.

 

Alexia de Holanda / X
Ariane de Holanda / X
Amalia de Holanda / X

Goleada orange a la Roja. La Eurocopa royal empieza mal.