Zarzuela va aumentando la nómina de divorciados. La infanta Elena fue la pionera, Cristina acaba de seguir sus pasos y ya veremos cómo acaba el matrimonio del rey Felipe VI con Letizia, tocado de muerte por Jaime del Burgo. Después tenemos el divorcio sin papeles de Juan Carlos y Sofía, paradigma de la cobardía y de los intereses espurios. En definitiva: que a pesar de ser una palabra tabú, la conocen bien. Y la celebran, si hace falta. Como el de Cristina e Iñaki Urdangarin, que se ha hecho esperar 2 años por la dureza de las negociaciones. Sí, el vasco fue cazado en plena infidelidad con Ainhoa Armentia, pero tenía ases en las mangas y muchas cuentas pendientes. Ha forzado la salida de aquel ambiente y familia tóxica, intentando asegurarse un futuro dorado. Se ha quedado a medias, o eso es lo que revela la versión oficial.

Una versión en la que no hay pagos millonarios por el silencio, en la que no hay pensiones mensuales estratosféricas y de la que han desaparecido los escoltas, uno de los privilegios más deseados por Urdangarin. Tampoco tiene la copropiedad de la casa de Bidart, escenario de veranos en familia... y de la gran traición. El botín de Iñaki se resume en una pensión variable que no superaría, según algunas fuentes, los 3.000 € al mes. Que no está mal, pero no es la vida de nuevo rico que ha soñado desde siempre. Sea como sea, en este acuerdo hay más sombras que otra cosa. Porque recuerden: con Juan Carlos por medio, poca cosa habrá con luz y taquígrafos.

Divorcio de Cristina e Iñaki / Hola

En todo caso, Cristina es feliz. Se ha librado de este muerto que le hacía la vida imposible desde hace demasiado tiempo. Un trance doloroso, pero inevitable. El luto ya lo ha pasado con creces, ahora toca disfrutar de la vida. De momento tiene una pequeña satisfacción: ver que a Ainhoa ya le ha caído la primera en la frente. Su ex ha alquilado un nidito de amor... a pocos metros de casa de su madre. Vivirá con su suegra, quien le ha hecho el vacío durante 24 meses. De película romántica tiene poco; de costumbrismo y cruda realidad, bastante más. Pilar Eyre, bien conectada con el entorno de Cristina, explica en su canal de Youtube algunas reflexiones y confidencias sobre la nueva vida de la divorciada. Está exultante, radiante, entusiasmada. Feliz.

Eyre: "Cristina está pasando una época estupenda". Y ha celebrado el fin de su matrimonio fallido visitando un centro de estética: "Creo que se ha hecho algún retoquito en la cara porque además yo conozco a la doctora a la que va. Creo que se ha hecho algo porque la veo radiante, muy joven y con una piel muy jugosa". Un capricho, quiere verse guapa, joven, renacida. "Se cuida mucho, le gusta mucho el deporte y se lleva muy bien con su padre. Cuando hablé con nuestra amiga en común le pregunté si la veía con novio y ella me dijo que sí podría tenerlo o ya lo tenía". Podría ser una broma o una declaración de intenciones; lo que es seguro, sin embargo, es que no quiere convertirse en un clon de su otra hermana infanta y divorciada."No son el mismo tipo de divorciadas. Elena no ha conocido varón desde que se separó de Marichalar. Ha hecho una vida muy para dentro, muy familiar, muy de sus amigas, de fincas, de cacerías, muy religiosa, muy íntima. Van a llevar una vida muy distinta". Empieza el despertar de Cristina. El segundo. Veremos si se desmelena. 26 años de espera son muchos.

Cristina y Elena / GTRES