El tiempo pasa volado e Irene Urdangarin está a punto de celebrar un nuevo cumpleaños, el 19.º. Sus primeros pasos en el mundo adulto han sido intensos, pero no por currante ni estudiosa, no. Todo lo contrario: por zángana, descentrada y escandalosa. Abandonó sus planes de formarse en una prestigiosa escuela de hostelería en Lausana (dicen que suspendió las pruebas de acceso), y decidió que se tomaba un año sabático. Un periodo muy común entre sus hermanos y primos, tampoco ha inventado nada. Se proponía dos retos: sacarse el carnet de conducir, cosa que todavía queda en la lista de tareas pendientes, e ir a Camboya a hacer de voluntaria. Una experiencia que ha cumplido, aunque las imágenes que llegaban desde el Sureste asiático no reflejaran una imagen demasiado comprometida de la cooperante. Parece que tenía la cabeza bien lejos de allí. En Madrid, sobre todo.

Cuando Irene abandonaba Ginebra y se establecía en Zarzuela con su abuela por el tema de la autoescuela, la opinión pública no conocía la auténtica motivación para vivir (y quemar) Madrid. Y no, no era solo salir de fiesta con su idolatrada Victoria Federica, que le enseñaba tácticas en campos inexplorados. Sobre todo porque ya estaba explorando uno, y de trasfondo escandaloso. Tenía novio, el primero de su vida. Lo conocía desde pequeña, pero nunca lo había mirado con los mismos ojos de sus 18 primaveras. Especialmente porque las familias normales no acostumbran a hacerlo con sus primos, ni que sean lejanos. Primo, sí. Juan Urquijo, descendiente de Borbones como su hermana, Teresa, flamante mujer del alcalde de Madrid. La revista '¡Hola!' le hizo la jugada del siglo a Cristina, aprovechando la resaca del enlace, para publicar el material y la historia que ahora le hace bajar la cabeza por la vergüenza.

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Irene Urdangarin y Juan Urquijo / Hola

Cristina no acepta esta relación, cuando menos desde que se hiciera pública en la portada de la revista de la ortodoxia royal y VIP. No quiere que la niña, marcada por la endogamia de su apellido, esté en boca de todos. Pero Irene no le hace ni le hará caso. Ha mantenido el contacto y la llama a 10.000 kilómetros de distancia con llamadas y videoconferencias, recordando sus citas románticas en el Safari Park o caminando de la manita por la capital de España. Y el primero que ha hecho al pisar nuevamente territorio español ha sido correr a abrazar a Juan. La revista 'Hola' se ensaña, publica las imágenes del encuentro prohibido que dispara la cólera materna. La celebración del aniversario será movida. Con Urquijo de cuerpo presente, o tan solo sobrevolando el ambiente.

Irene Urdangarin GTRES
Irene Urdangarin / GTRES
Juan Urquijo Juan Carlos GTRES
Juan Urquijo con Juan Carlos / GTRES

Irene, quien según la cabecera rosa quiere ir "despacito" con el pariente y novio, ya prepara el terreno para disfrutar del romance en libertad y lejos de la policía moral borbónica: ahora quiere ir a Londres a estudiar "organización de eventos". No una carrera universitaria, lo que supone una nueva jarra de agua fría para su madre, quienn ve cómo se acerca de manera sibilina al universo de la prima Vic mientras se desata con el primo Juanito. Dos por uno. Irene va con todo. Suerte de Pablo, todos los hijos de las infantas les han salido 'rana'. Ningún príncipe ni princesa, no.

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Irene, Cristina, Miguel y Pablo en el cumpleaños de 2023 / GTRES