Las hermanas del rey Felipe son como dos jarras|jarrones chinas, aparatosas, caras y no mucho agraciados. Madrid tiene que convivir y no sabe exactamente qué hacer. El centro de la monarquía recae en Leonor y su Cort de primos, los Marichalar y los Urdangarin, que en las dos matriarcas Cristina y Elena. Por alguna razón la infanta Cristina ha decidido pasar mucho más tiempo en España. La hermana media no tiene casa en Madrid y se instala a vivir o con su hermana Elena en su piso de lujo o con su madre Sofía en Zarzuela. Dadas las malas relaciones con Felipe, lo más probable es que conviva con Elena e intente pasar desapercibida, sobre todo para Hacienda ya que no es residente feical española para evitar inspecciones. Pero en los últimos meses ha pasado por Barcelona, Canarias, Andalucía y Madrid porque cabe hijo no la liga en Ginebra. Este lunes ha aparecido en coche oficial al lado de su hermana Elena y los escoltas para asistir al funeral de la hermana de su modista, Lorenzo Caprile.

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Elena y Cristina llegan al funeral en coche oficial, GTRES

Cristina ya reside en España continuamente, en una jugada a Hacienda que si la investiga y descubre que pasa más días aquí que en Suiza, tendrá que declarar los millones ocultos que recibe de Juan Carlos. Cristina se está dejando ver demasiado y no ha obtenido el perdón del rey ni le ha devuelto el ducado de Palma que le tomó por sospechosa de corrupción. Cristina ha decidido ir al funeral muy mal calzada, con alpargatas de mimbre. No es demasiado respetuoso con la difunta. En la puerta de la iglesia han recibido a las infantas el actor Antonio Resines y su mujer, Ana Pérez-Lorente, que iba de blanco, también muy inadecuada, y a pesar de ser amiga íntima de las infantas las ha hecho una desproporcionada genuflexión en medio de la acera que ha quedado patética, decimonónica y totalmente inadecuada. Esta ha sido la estampa de la señora de Resines y las infantas Cristina y Elena:

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La mujer de Resinas genuflexa con Elena, GTRES
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La mujer de Resinas genuflexa con Cristina, GTRES

Doble genuflexión de la señora a trancas y barrancas, esforzada por no caer y mal vestida por el funeral. Según Vanitatis, la mujer de Resines es productora de cine y "proviene de una familia bien relacionada y conoce a los hijos de los Reyes eméritos desde pequeña,  iban juntas al cole, la mujer de Resines siempre ha sido amiga de los hermanos, sobre todo de ellas, y esa amistad la ha llevado a conocer a todos los miembros de la familia”. La cara de Cristina era de vergüenza ajena y peor era la cara de Resines, a medio camino entre Valle-Inclán y un señor mayor ofendido:

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Cristina con sandalias de mimbre a un funeral, GTRES
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Antonio Resines huraño después de la doble genuflexión, GTRES

Este es el panorama cuando muere la hermana de la modista, que las infantas se presentan en coche oficial vestidas como para salir a comprar al barrio de Salamanca y la mujer de Resines hace un ejercicio de plebeya exagerada cuando nadie de los asistentes se da por aludido con este arrodillamiento que nadie practica y mucho menos con las infantas, que ni son Familia real ni representan la Corona. Pero las hermanas del rey están decididas a volver, y como los viejos temples en pack, en dúo, juntas a actos públicos y privados, inaugurando expos o funerales. Letizia desaparece y el agujero que tendría que ocupar Leonor se ponen dos mujeres del pasado, las infantas. Madrid está satisfecho, es la Corona que les gusta, la de la genuflexión doble.