Telecinco ha olido sangre con el escándalo sentimental de Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina, y no piensa soltar su presa hasta que no quede más que piel y huesos. Van a por todas: a perseguir al vasco y a su novia Ainhoa Armentia en el despacho de abogados de Vitoria-Gasteiz, pero también a dar voz a testimonios que dibujen la realidad oculta de la que ha sido, supuestamente, una pareja firme durante 24 años. Hemos dicho firme, que no feliz. Han vivido momentos muy duros, como sentarse en el banquillo del caso Nóos, verse apartados de la Casa Real y una pena de prisión inaudita en el núcleo monárquico español. Estos obstáculos los han superado juntos, o casi juntos, porque los rumores de otras infidelidades no se detienen. 'Sálvame' ha sido el escenario de uno de los más humillantes.
El programa invitó a la presunta mujer de un escolta real que conoce punto por punto muchas intimidades de los diferentes miembros de la realeza. Mantuvo su identidad e imagen en el anonimato, cosa que se entiende después de escucharla destrozar la imagen de la gran mayoría de ellos. Los principales protagonistas, aparte de Cristina e Iñaki, han sido Juan Carlos, la infanta Elena y su hijo Froilán. Estos dos últimos reciben y de lo lindo: personajes antipáticos que insultan y maltratan a los guardaespaldas y solo los meten en problemas. Elena les llegaría a decir esto: "Imbécil, eres idiota".
En cuanto a la pareja (o expareja) del momento, el relato empezaba suave, pero solo era un espejismo. Porque a pesar de ser dos personas que les hacían la vida relativamente sencilla y agradable a los escoltas, Urdangarin "se saltaba las normas". Quedaba con compañías diferentes a la de su mujer y hacía sufrir a su servicio de seguridad. Ahora bien, la que descubrió que su marido no cumplía con las normas fue la propia Cristina. Y de la peor manera: embarazada de Juan Valentín y en su casa. Siempre según este testimonio, "fue la primera vez que lo cogió en el acto" con otra señora. El remate final fue la cuchillada del padre: cuando le explicó lo que había pasado, la respuesta fue durísima: "Déjalo, es como yo".
Si hacemos caso de esta revelación, Cristina de Borbón sabía que su idolatrado marido le era infiel desde el año 1999. Vaya, que llevaban dos años de casados. Terrible. Y más terrorífico todavía pensar que dejó pasar el incidente y continuar dos décadas más con él soportando nuevas deslealtades. Iñaki le hacía perder la cabeza, era el amor de su vida. No lo quería dejar escapar, ni tampoco protagonizar un escándalo familiar siendo la primera miembro de la Zarzeula que se divorciaba. No podía dar marcha atrás y volver, por ejemplo, con Adolfo Suárez Illana. Tampoco quería, claro. Vaya cruz.
Se ha abierto la veda de los cazadores de intimidades, secretos y vergüenzas de los Urdangarin-Borbón. Caza mayor.