Zarzuela está entre Grand hotel y Hotel fawlty, entre la serie de época protagonizada por el doble de Letizia, Amaia Salamanca, o la sitcom inglesa con un camarero de Barcelona, Manuel. La sede oficial del jefe del Estado tiene un matrimonio durmiendo en camas separadas, Felipe y Letizia, una suegra emérita ocupando el palacio principal con la hermana griega con Alzheimer, la tía soltera Irene, y ahora entre dos y tres sobrinos del rey según la época del año sin oficio: Miguel Urdangarin que lo ha colgado todo por una novia venezolana, Victoria de Marichalar que entra y sale y a ratos, Juan e Irene Urdangarin. Solo se salvan Pablo, con piso en Pedralbes y Froilán, que vive en los Emiratos con el abuelo exiliado. Felipe se escandaliza por cómo su familia trata la sede de la primera institución del Estado: como un spa de lujo para pijos. Y el rey ha tenido que dar el visto bueno a una nueva insulina: la infanta Cristina.
Cada día que pasa se ve a la hermana mediana de Felipe más a menudo en actos sociales en España: funerales familiares, funerales de aristócratas amigos, bodas, inauguraciones, partidos de balonmano, vacaciones en Bidart, en las Canarias, en Andalucía. En un digital afín a la Corona han contado las numerosas ocasiones en las cuales Cristina ha estado en España este año y la conclusión es muy grave: La infanta Cristina y sus largas temporadas en España: instalada de facto en Zarzuela. Este de facto es el matiz: no reside legalmente en España para evitar pagar impuestos a Hacienda, pero de hecho es un fraude de ley, porque vive aquí y viaja a Ginebra esporádicamente. Es exactamente la razón por la cual se condenó a Shakira a prisión: decía que no vivía en Barcelona pero Hacienda demostró que sí. Vanitatis acaba de hacerle el trabajo a Hacienda: Cristina vive más tiempo en España que en Suiza, por lo tanto ya no se puede considerar residente fiscal en el país helvético sino residente fiscal española: a pagar.
El escándalo es monumental porque según se ha sabido, Juan Carlos tiene una Fundación en los Emiratos donde Cristina acumula millones de euros para disponer, y como persona que tendría que tributar en España Hacienda está obligada a hacerle una inspección para ver si paga los impuestos correspondientes. Y ya se sabe que entre los Borbones eso de pagar impuestos está mal visto, les parece de plebeyo. Letizia, la única plebeya, la única que ha hecho declaración de la renta toda la vida porque tiene la sangre roja y no azul, lo vive como un escándalo doble: Cristina, la casada con el corrupto, la que No sabía nada de donde sacaba los millones Iñaki Urdangarin, la Ana Mato de Zarzuela, vivo ahora en Palacio y Hacienda la puede inspeccionar en cualquier momento. Los borbones tienen siempre el enemigo en casa.