La infanta Cristina cumple hoy 57 años. Un aniversario diferente al resto, cuando menos desde hace 25 años. Es el primero lejos del que ha sido su marido, Iñaki Urdangarin, del que está divorciada virtualmente tras las famosas fotos en la playa con la vasca Ainhoa Armentia. Cuándo acabe el verano, que también será singular, firmarán los papeles y serán oficialmente ex el uno del otro. Son tiempos de cambio, de curar heridas y de reponerse como mujer. Y ya de paso reforzar los vínculos con la Casa Real y recuperar ciertos privilegios, claro. Tiene una situación complicada, el caso Nóos y todo lo que ocurrió con Iñaki le pasó factura. Y tampoco es que Juan Carlos deje tranquila a la Corona como para ponerse a arreglar los desbarajustes de la hermana, quien además apoya al emérito residente en Abu Dabi. Y ahora los cuernos y el divorcio. Qué lío.
Han pasado meses desde aquella portada demoledora en 'Lecturas'. Un 19 de enero, prácticamente medio año. Un tiempo más que suficiente para digerir buena parte de la retahíla de historias que sacudían su vida íntima. O mejor dicho, de su marido recién salido de prisión, como aquel que dice. Pero por si había podido olvidar los peores pasajes de aquel trance, una escritora se ha encargado de recordárselos. En forma de libro, como regalo de cumpleaños. Por eso también será diferente, porque tendrá que revivir según qué episodios. Es cortesía de la periodista María José Lorenzo, biógrafa no autorizada y que publica 'Semana'. Ha investigado el universo de la Borbón y firma 'Cristina. Historia de una traición'. No puede ser más explícita.
Lorenzo ha ofrecido una entrevista en 'El Español' en la que se pone la camiseta monárquica con convicción y originalidad. Ocurrencias como "el show de Juan Carlos lo montaron más la gente que estaba alrededor que el propio rey emérito. Vino con intención de hacer esa regata, participar y ya. No entendí el papel tan protagonista de Pedro Campos" bien valen la pena como excusas inverosímiles de blanqueo juancarlista. Está bien, todo el mundo tiene una opinión, aunque sea curiosa. En cuanto a su biografiada, actúa como una gran abogada defensora, como es natural. Se siente próxima a una persona que ha vivido la infidelidad, el engaño. Toma partido por ella sin fisuras. Hasta el punto de soltar revelaciones muy plausibles, tratándose de quién lo escribe.
El protagonista de este detalle es Pablo Urdangarin. El hijo modélico, deportista, trabajador, alto, bien parecido... y un calco de su padre. Lo peor que le puede pasar a alguien herido, que su ex sea como sus hijos. Entre madre e hijo ha habido malestar, especialmente de ella hacia él. Porque Pablo fue el primero de sus descendientes en abrir la boca aquel mismo miércoles, "no pasa nada, nos vamos a querer igual". Era una confirmación discreta, correcta, pero un puñetazo a su madre que mantenía silencio. También se dijo que no le importaría conocer a Ainhoa, la otra de Iñaki, que habría buen rollo. En fin, así unas cuantas. Lo hacía sin querer herir, pero metía un dedo en el ojo insistentemente. La biógrafa de Cristina dice esto: A veces parecía que estaba a favor de su padre. Yo supongo que en algún momento ella le tuvo que pedir que se callara". Uno enojado calla, por favor, no hagas más honda la herida.
Los Borbones y sus tradiciones con el "¿por qué no te callas"?. Se transmite en los genes, como tantas otras cosas.