Primera gran prueba de fuego de Pablo Urdangarin con su nuevo equipo, el balonmano Granollers, después de perder su plaza en el Barça B. El sobrino del rey no tuvo suficiente con su condición de royal y de hijo de una ex estrella culé como Iñaki y no renovó con el club que preside Joan Laporta. El joven jugador catalán optó por el segundo club de la Asobal, en el Vallès, donde puede entrenar y jugar sin cambiar de casa, su dúplex de lujo en Sant Joan Despí, y seguir con su novia catalana, Johanna. Lo peor es que cambia el mejor equipo de Europa por un buen club, y eso saca lustre a las visitas reales. Este sábado El Fraikin BM Granollers jugaba la ronda clasificatoria de la Liga Europea EHF contra el CSM Constanta de Rumania. La eliminatoria a doble partido se decidía en el Palau Olímpic de Granollers. Los vallesanos querían repetir la exitosa medalla de plata de la temporada anterior en la final four de Flensburg. Tanda de penaltis, tira el penalti decisivo Pablo. En la grada toda su familia, comiéndose las uñas excepto el hermano mayor, el raro y fumeta Juan (no paseaba buscando un estanco por Granollers):
Las caras son un poema excepto Iñaki, el más veterano que parece relajado. Sabe que el deporte también es perder. Pablo tira el penalti y lo mete. Esencial porque el equipo catalán había fallado el primer lanzamiento y los rumanos no habían fallado ni uno. Era el último penalti del Granollers, el quinto. Si Pablo fallaba, eliminaba su equipo. Por suerte entra. Todos contentos excepto Iñaki que sabe que si los rumanos marcan su penalti, el último, Pablo quedaba eliminado.
Los rumanos marcan el quinto, el Granollers eliminado y el realizador de TV3 a quien enfoca en la derrota en primer lugar es a Pablo Urdangarin, la cara de la derrota. El jugador franquicia del equipo catalán, lo que se reserva el penalti decisivo. Con 22 años ya se sabe la estrella del equipo y asume el fracaso, eliminados en agosto. La presencia de sus padres, alejados, en hileras diferente si casi sin saludarse, fue un amuleto negativo. En Granollers nunca habían visto tantos royals juntos. En el Palau Olímpic la presencia no pasó desapercibida. Y TV3 estuvo atenta en la retransmisión de Joan Ramon Vallvé.
Lágrimas en la grada y en el parket. Los Borbones pierden a su jugador europeo que ahora tendrá que lucharle el Asobal en su exequipo, el Barça que ya los derrotó hace pocos días. Un momento duro para los Urdangarin. El divorcio sin firmar, los hermanos sin juntarse los cuatro ni por un partido y Pablo malviviendo entre Sant Joan Despí y Granollers. Será un año difícil