El divorcio de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se está cocinando a fuego lento. Lentísimo. Desde que anunciaran su separación a raíz de la infidelidad del vasco con Ainhoa Armentia se ha repetido una consigna con insistencia: que firmarían los papeles una vez pasado el verano. Una verdad a medias, porque si bien es cierto que el calendario les da la razón, todos entendíamos que no pasaría del mes de octubre, como máximo. De momento estamos a mediados de noviembre y no tenemos fumata blanca. Sorprende teniendo en cuenta que ella tiene el control de la situación, y que otro de los mantras era que no habría ningún problema en las condiciones de la separación. Algo debe estar pasando que explique tanta espera.
Del contenido del acuerdo se sabe poca cosa, pero tenemos certezas, como explicó EN Blau. La principal, que ella le pasa una pensión compensatoria. Iñaki no tiene un duro. "El cónyuge al que la separación o el divorcio produzca un desequilibrio económico en relación a la posición del otro tendrá derecho a una compensación que podrá consistir en una pensión temporal o por tiempo indefinido, o una prestación única". La traducción de este artículo del código civil en euros es esta: la hermana de Felipe le da 5.000 al mes. Solucionado este tema ciertamente menor para Cristina, rica do nascimento (y por los mecenas que la contratan a precio galáctico), no tendría que haber ninguno otro obstáculo. Pero la Borbón no quiere ponerle las cosas fáciles. Y está imponiendo alguna condición increíble a Iñaki.
Concretamente una que rebatiría la versión que ofreció una conocida periodista del corrillo de Ana Rosa Quintana, Paloma García Pelayo. "A la infanta Ainhoa no le importa nada, podría ser cualquier otra mujer, solo le duele la deslealtad". No parece que le importe tan poco, si atendemos a lo que publica el digital Informalia citando fuentes del entorno de Cristina. La directriz es tajante: que no se acerque a sus 4 hijos. "Que mantenga alejada de sus hijos a su novia", explican concretamente. Parecería un extremo que difícilmente se cumplirá: no estamos hablando de niños o adolescentes. 3 de ellos, los chicos, son mayores de edad: Juan Valentín (23), Pablo (21) y Miguel (20). El segundo de ellos, además, ya conoce a Armentia y es el que más contacto mantiene con su padre por su actividad profesional en el Barça de balonmano. La única menor es la pequeña, Irene. La más próxima a su madre, además. Pero tiene 17 años, será oficialmente adulta el próximo más de junio. Y hará y dejará de hacer lo que le de la real gana. No sabemos cómo espera que esta condición se haga realidad, pero de los Borbones ya no nos sorprende absolutamente nada.
Iñaki, por otra parte, podría aceptar cualquier cláusula por absurda que sea. Le interesa matar este tema por muchos motivos. Aparte del económico y de evitar a la prensa del corazón, para seguir viviendo su romance con la de Vitoria-Gasteiz sin más piedras en la mochila. Aunque en algunos momentos se dijo que se habían distanciado, la pareja continúa adelante y hay documentos gráficos que lo corroboran. Están enamorados. Pese a quien pese.
'Sálvame' consiguen las imágenes de Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin en la playa y con mucho amor #yoveosálvame https://t.co/GsUP691Nbp
— Sálvame Oficial (@salvameoficial) Augusto 5, 2022
Cristina quiere cobrarse la venganza antes del adiós final. Ojo por ojo...