Este 23 de abril en Catalunya es un día especial, lleno de buen rollo, de sonrisas, de libros, de rosas y de amor. Solo hace falta salir a las calles y ver las parejas, madres, padres, hijos, hijas y mucha gente llenando los pueblos y ciudades de Catalunya... Una fiesta que por muchas barbaridades que diga Jorge Azcón, presidente del gobierno aragonés, es muy de nuestra tierra. Por lo tanto, descartamos que en Madrid, concretamente en Zarzuela, vivan este Sant Jordi con la misma armonía, felicidad y amor. De hecho, tiene pinta que será más bien al contrario: malestar, bronca, reproches y ajustes de cuentas. ¿Entre quién? Entre dos hermanas, las infantas Elena y Cristina. Y todo por culpa de un nombre. Pero vayamos por partes.
Recientemente, de hecho, hace justo una semana, nos despertábamos con los ojos como platos al ver la portada de la revista ¡Hola!, esta, donde se nos informaba de que Irene Urdangarin hace unos meses que sale con su primer novio, alguien que es ni más ni menos que Juan Urquijo, hermano de Teresa Urquijo, la flamante mujer del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
Una pareja que tiene con la mosca tras la oreja a la madre de la protagonista, una infanta Cristina que no ve con buenos ojos esta unión, atención, porque dice que no le convence que los dos jóvenes, si tiramos atrás, sean familia. Y es que ella ya sabemos que es Borbón, pero es que él es nieto de Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma. Borbona por partida doble, vaya. O triple si le añadimos el Borbón de Irene. "Doña Cristina no es partidaria de la relación. No lo ve con buenos ojos. No quería que trascendiera a los medios de comunicación debido al parentesco familiar directo. De hecho, el motivo por el que los Reyes eméritos y las Infantas Elena y Cristina con Froilán, Victoria Federica y Juan Urdangarin fueron a la boda de Teresa Urquijo y Almeida fue justamente porque eran familia". Que dices: manda huevos que ahora le preocupen las prácticas incestuosas a la infanta, práctica habitual por los siglos de los siglos entre los familiares de sangre azul, también los Borbones. Aquí vemos al novio de Irene Urdangarin mirando como le caía el bastón al yayo de su novia.
Ahora hemos sabido otro motivo que tiene preocupada, amargada, e incluso, nerviosa, a la infanta Cristina a raíz del noviazgo de su hija con Juan Urquijo. Según Monarquía Confidencial, la hermana de Felipe intentó fuera como fuera que no saliera a la luz esta relación de su hija con el cuñado de Almeida: "La infanta Cristina era conocedora de ella, pero ha sido una sorpresa que la prensa se haya hecho eco". ¿Por qué? Por culpa de un nombre. Ni más ni menos que el de la hija de su hermana Elena, su sobrina Victoria Federica, ya que "se niega a que su hija se parezca a su prima Victoria Federica en cuanto en escándalos se refiere".
A Cristina la tiene sin dormir ver a su hija como aquí Vic, móvil en mano, dispuesta a publicar y colgar fotos en las redes, haciendo morritos y dedicándose a su tarea como influencer. Quiere que sus hijos pasen de perfil y no se hable demasiado de ellos, de que se dediquen a los estudios y el trabajo y preserven su vida privada, "algo que no comparte con el modo de proceder de la infanta Elena y sus hijos". Vaya, en definitiva, que no sean unos ninis como su sobrina que lo único que piensa es en enseñar qué nuevo modelito se ha comprado. Explica el citado medio que aunque las hermanas están muy unidas, "tienen rifirrafes, como todas las familias. El problema es que Cristina se niega a crear una vinculación entre las primas y que Irene se vea envuelta en polémicas de fiestas".
No es la primera vez que hay malestar entre las infantas por el comportamiento de sus hijas, aunque estas sean primas y amigas. De hecho, Cristina no duerme cuando sabe que su hija Irene está cerca, y de noche, de Victoria Federica: "Cuando han coincidido en Madrid y han salido juntas, Cristina no ha estado tranquila. No quiere que Irene se parezca a Victoria Federica; quiere que forme su futuro estable, centrado en una carrera y alejada del foco mediático”, dicen fuentes próximas a la infanta.
Cuando dejó los estudios en una escuela hotelera, Irene pidió consejo a Vic, que le dijo algunas claves relacionadas con su mundo de redes que no le hicieron nada de gracia a Cristina: “La infanta Cristina quiere desligar a su hija de cualquier situación que la posicione en el mundo de las redes sociales o vida influencia, como ha ocurrido con Victoria Federica. Es algo que detesta. Doña Cristina prefiere un futuro más consolidado para su hija intenta, y está tratando de convencerle de que estudie una carrera universitaria. No quiere que se dañe la imagen de sus hijos”... ¿Crisis entre hermanas? Seguro que a Elena no le ha gustado que su hermana utilice verbos como detestar o dañar su imagen y los relacione con su hija Victoria Federica.