La infanta Cristina hará 60 años este mes de junio. Una edad importante para la hermana media del rey. Cambia de década con una situación familiar muy diferente: divorciada, con los cuatro hijos adultos y fuera de casa, reconciliada con Felipe y esperando la gran fortuna que su padre le dejará en herencia, a medias con la infanta Elena. Cristina no puede volver a vivir en Barcelona para evitar dar explicaciones del origen de estos millones que heredará, así que mantiene la casa en Ginebra aunque viviendo sola pasa mucho tiempo a Zarzuela, reformando un piso a Barcelona y de viaje. Su look ha cambiado desde que Iñaki Urdangarin la dejó por una mujer más joven, Ainhoa Armentia. Este es un extremo que nunca se valoró lo suficiente: Cristina es Shakira que ve cómo el marido se enamora de una mujer más joven que ella. Ainhoa Armentia sería Clara Chía pero con 46 años, catorce menos que la infanta. Cristina quiso dejar atrás su imagen monacal. Una reacción del todo humana: se quiere reivindicar como mujer.
Hace unos días la revista Hola revelaba uno de los métodos de Cristina para parecer más joven: es piscitariana. Es decir, es como una persona vegetariana que sigue ingiriendo pescado y marisco. Solo ha dejado la carne. Eso mejora las digestiones, los intestinos y el estado de salud de Cristina. Ahora el director de Lecturas añade nuevos datos al renovado look de Cristina, y un detalle en particular: se eliminó la verruga que le afeaba la cara pero en cambio no se ha pinchado bótox y sigue exhibiendo unas arrugas propias de la edad e impropias de Letizia. Así lo ha explicado a El programa de AR: "Cuando ella se retiró esa especie de mancha, de verruga que tenía en la cara, coincidió con el momento en el que se quitó la alianza. Fue un retoque al que no tendría pensado añadir más. Existe una especie de trauma de la infanta Cristina que le llevaría a no querer pasar más por quirófano. Aunque se realizaría tratamientos estéticos no invasivos, lo del bisturí es algo que preferiría evitar. Cristina prefiere envejecer con arrugas, de manera natural”.
Así se explica mejor la animadversión que se profesan Cristina y Letizia, dos cuñadas irreconciliables desde hace años. No se soportan y uno de los motivos es que Cristina está profundamente en desacuerdo de cómo Letizia ha decidido envejecer en ojos de los ciudadanos, no solo pinchándose bótox sino eliminando las facciones de la cara. Letizia está tan operada que ya no parece ella. La reina Letizia no se parece en nada a la princesa Letizia, aquella periodista que se enamoró de Felipe. Letizia ahora es un clon de Rania de Jordania. Lo más destacado de la información es la razón por la cual Cristina no se opera la cara: "Esto se debería a que la reina Federica, su abuela y madre de la reina Sofía, sufrió un infarto tras someterse a una cirugía ocular. Una situación que a la cuñada de la reina Letizia le habría calado bien hondo y que le habría llevado a no querer pasar por quirófano más allá de si es por algo estrictamente necesario".
La verruga de Cristina es un símbolo, su imperfección que lució en el banquillo del juicio del caso Noos. Fuera Iñaki fuera verruga. Pero las arrugas se las deja, para humillar a Letizia que en las fotos de familia de 2045 parecerá una figura de cera.