La monarquía española tiene una colección considerable de joyas de la Corona, de collares en diademas o todo tipo de pendientes. Pero en los últimos años hay una joya que aparece como un fetiche para un miembro de la Familia: Cristina de Borbón. Es su anillo de casada. La alianza que le regaló su marido Iñaki Urdangarin que simboliza un matrimonio que ya no existe. Se divorciaron a causa de las infidelidades de Iñaki. Pero aquel anillo no desapareció de la mano de la infanta con la ruptura matrimonial. Cuando la pareja se separó por la publicación de las fotografías de Iñaki y su amante, Cristina seguía luciendo este anillo, símbolo de un amor conyugal que ya no existía y que había sido traicionado de la peor manera, con unos cuernos públicos y una vergüenza mundial. Cristina entonces salió al paso para desmentir de las especulaciones sobre si el anillo lo conservaba porque seguía enamorada de Iñaki y para dejar abierta una posible reconciliación.
Cristina hizo unas declaraciones exclusivas a Lecturas donde dijo: """Yo no he fallado. Respeto la institución del matrimonio, llevo el anillo desde hace casi veinticinco años y lo voy a seguir llevando hasta que me divorcie, ¡quiero que el mundo sepa que yo no tengo nada de qué avergonzarme!”. Su intención es divorciarse de Iñaki Urdangarín ya que no va a perdonar su traición ¡por fin ha dejado de amarle! Y le gustaría que se supiera públicamente: "no va a haber reconciliación". Esta era la explicación buena: el anillo que lo esconda quien tenga la culpa del divorcio. La revista Hola prefirió considerarlo una cuestión de fe católica: "Ese anillo no sólo es un símbolo de su compromiso con Urdangarin -un recordatorio del amor entregado y recibido-, también lo es con Dios, la familia que han creado y el respeto al sacramento. Como su hermana, la infanta Elena, que dijo que no se volvería a casar (y lo ha cumplido de momento), Cristina es una mujer profundamente creyente y, también, de voluntad inquebrantable".Quédense con la versión de Lecturas. Que el anillo es un fetiche lo demuestra que después de divorciada y guardar el anillo, reaparece en pleno agosto. Lo ha descubierto Pilar Eyre:
La explicación del anillo de vuelta es que Cristina se volvió a poner la alianza en Bidart, la casa de verano de los Urdangarin donde Cristina acaba de pasar unos días de vacaciones con tres de sus hijos y con su familia política, la madre y los hermanos de su exmarido. Es una cosa muy inusual después de un divorcio, pero con los Urdangarin la infanta conseguía tener por primera vez una familia de verdad, que la escuchaba, la ayudaba y la cubría. Cuando Juan Carlos y Felipe le hicieron un pulso a Cristina para que renunciara a los derechos dinásticos por el caso Noos, la infanta acabó expulsada de la familia y se refugió en el clan Urdangarin. Volviendo a ponerse el anillo paseando cogida de la mano de la madre de Iñaki en Bidart envía una señal a Iñaki: eso no me lo quitarás, y a Felipe y al resto de los Borbones: en el peor momento de Cristina, la familia que la apoyó fue la política, la del marido, no los Borbones. Les está diciendo que como familia son pésimos.