Leonor de Borbón Ortiz es una niña de 13 años lista, guapa y educada. El manotazo en público a su abuela Sofía en la Catedral de Palma de hace un año y medio solo enturbia una educación cuidadosa. Pero la adolescente tiene un defecto: es difícil de captar por los artistas. Hasta ahora habíamos visto la moneda de euro de Leonor, la figura de cera de Leonor pero faltaba el retrato al óleo de Leonor. Y a pesar de ser el mejor reflejo de la niña, no acaba de ser fiel. Todos los oficios han sufrido para retratar a la heredera y que se pareciera. Comparen:
El Club Siglo XXI, una entidad de debate madrileña, ha encargado al pintor Ricardo Sanz este retrato conjunto al carbón y al óleo. El primero de la heredera con su padre. En palabras del artista vasco "He querido que esta obra quedase muy suelta, con aire inacabado y con una pintura muy rota. Destacando la serenidad del Rey y la dulzura de la Princesa". La niña del cuadro se parece a la heredera como un huevo a una castaña. Para contrastar, los cuerpos en blanco y negro y al lado una gigantesca bandera española, más alta que la niña. La rojigualda que no falte.