Elena ya no es técnicamente "Familia Real" pero ser familia de Felipe le permite seguir cobrando una fortuna por trabajar en la Fundación Mapfre. La compañía de seguros le paga 300 mil euros cada año para tener contenta a Casa Real y asociar el nombre de la empresa a los Borbones. Hace años era signo de distinción. Ahora ya no desde que Felipe ha reconocido el fraude de Juan Carlos, que ha evadido millones de euros en paraísos fiscales. Felipe dice que renunciará a la herencia. Pero quien no renuncia es Elena.
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La primogénita de Juan Carlos, cuando su padre muera, será más multimillonaria todavía. Se ha negado a firmar el papel mojado que ya renunciará a heredar dinero negro. Si Felipe cumple, toda la millonada corrupta irá a ella y una parte a Cristina. La infanta Elena tapa esta vergüenza envolviéndose con banderas españolas. Ahora se ha comprado la mascarilla de la rojigualda, la correa de perro de España y la goma de pelo España. Sería patriótico si su padre no hubiera robado a Hacienda y ella heredara esa fortuna.
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La colección de gadgets de España es penosa, obsesiva e indigna. Si los sanitarios rechazan el premio Princesa de Asturias por las corruptelas de la Corona, ella se pone más banderas: en la montura de las gafas, en la correa de las gafas, en la pulsera, en el fular, en el sombrero, en la camiseta, en la funda del retrovisor, en la cinta que cuelga del retrovisor interior...
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Esta es la auténtica Marca España: Borbones acumulando millones evadidos al fisco pero con mucha banderita. Elena es un taxista de Vox.