Excepto para quienes no quieren ver la realidad ni ser objetivos con los hechos, el rey emérito Juan Carlos I dejará una imagen bastante cuestionable el día que abandone la vida. Su currículum deja mucho que desear. No se puede decir que haya sido un ejemplo de la sociedad y la realeza. Todo lo contrario.

En su historial quedará la presunta corrupción por la que la justicia española se ha negado a juzgarlo. Y también sus continuos affaires al margen del matrimonio. Son muchas las mujeres que aseguran haber pasado por su cama cuando ya estaba casado con la emérita Sofía. Y también unos cuantos los que aseguran ser hijos bastardos del emérito. Uno de ellos, Albert Solà, falleció misteriosamente hace unas semanas, justo antes de acudir al programa ‘¿Quién es mi padre?’ que presentaba Carlota Corredera. Qué cosas...

Pero esto de las infidelidades en la familia real no es una exclusiva del campechano. Todo lo contrario. Son muchas las historias con cuernos de por medio las que circulan alrededor de la aristocracia española. Más concretamente entre los borbones. Y no solo eso. Sus familiares cercanos lo confirman.

Los cuernos no son cosa exclusiva de Juan Carlos I entre los borbones

Blanca de Borbón habla de su padre Leandro, fallecido el pasado 18 de junio de 2016, en el libro ‘Mi padre, Leandro de Borbón, el gran enigma ‘. Un trabajo que Blanca pretendía titular como ‘El bastardo que me parió ‘, aunque desde su entorno le recomendaron que no lo hiciera, y en el que habla del comportamiento promiscuo que tuvo con su madre, María del Rosario Bernal.

Blanca y Leandro de Borbón llorando 'Acorralados' Telecinco
Blanca y Leandro de Borbón llorando 'Acorralados' / Telecinco

Y no solo en el libro. En una entrevista para La Razón también lo deja fino. Aunque Leandro siempre rechazó a Blanca, ella reconoce que “para bien o para mal, mi padre ha estado presente a lo largo de mi vida”. Y apunta que su madre sufrió “muchísimo durante el matrimonio”.

La hija de Leandro de Borbón confirma las relaciones extramatrimoniales de su padre

“Nuestro padre no se portó bien con ella. Mi madre era una mujer muy tranquila, de muy buena familia, criada entre algodones, y su marido le puso los cuernos desde joven. Él era de irse de juerga, de acudir a fiestas, y nuestra madre se quedaba en casa cuidando a sus cinco hijos”, confiesa en la mencionada entrevista.

De hecho, cuenta que tal era su fama, que Conchita de Mora, su segunda esposa, le hizo firmar un documento en el que se permitía a ambos tener relaciones extramatrimoniales. Conchita prefirió curarse en salud. “Sí, Conchita de Mora, que años más tarde se convirtió en su segunda esposa y madre de su hijo Leandro, mi hermanastro. La mía no era tonta e intuía que estaba con otra, pero era una mujer enamorada y pasaba por alto ciertas cosas. Le consintió todas las barbaridades que hizo, incluso la obligó a reconocer en un documento que los dos podían tener relaciones extramatrimoniales”, confiesa Blanca.

Aun así, la hija de Leandro no le guarda rencor a su padre. En todo caso le tiene “pena”. “A pesar de todo, yo le quise mucho”, revela sobre su progenitor.