Estos días escribir en Google y otros buscadores las palabras "Letizia Jaime del Burgo" es desolador: silencio sepulcral. En la prensa escrita nadie ha explicado que el excuñado de Letizia revela que la reina y él fueron amantes cuando Letizia hacía 6 años que estaba casada con Felipe. Otro caso de adulterio en la Familia Real y largo, durante dos años de 2010 a 2011. Del Burgo ofrece todo lujo de detalles íntimos y no existe nadie que crea que Jaime del Burgo se lo inventa todo. No es solo un cuñado de la reina, no es Antonio Vigo, el exmarido semi desconocido de la difunta Érika: es el más poderoso política y empresarialmente y el que formó parte del círculo íntimo de Felipe y Letizia, como novio de la soltera Letizia, como testigo de boda de los reyes, como asesor de las capitulaciones matrimoniales y al final como marido de Telma. Parece que cuando los adúlteros de la familia son ellos, Juan Carlos o Iñaki Urdangarin, ni se cuestiona el relato, pero ahora que la infidelidad la comete la reina, hay que proteger la institución. De entrada, un adulterio nunca ha hundido a la Corona, como demuestran Juan Carlos, Federico de Dinamarca o Carlos de Inglaterra. La novedad es que ahora la adúltera es una mujer y la que no es royal, la plebeya, la consorte. Alguien quiere convertir este caso en un problema de género. Pero los adulterios dentro de la Familia Real se explican todos, los cometan ellos o ellas.
No hace falta dar por hecho lo que explica Del Burgo, no se puede dar por demostrado, pero negarle relevancia es directamente falsear la realidad. Cada lector o espectador decidirá si darle credibilidad a este testimonio presencial de qué sucedió entre Letizia y él aquellos dos años donde, según él, fueron amantes. Lo que está haciendo la prensa es otra cosa: negar que haya debate, negar que haya un señor relevante, no uno que pasaba por allí, que afirma un hecho todavía más relevante: el matrimonio real estuvo a punto de disolverse cuando la princesa Leonor era muy pequeña, tenía 5 años. Un divorcio en aquel momento y por cuernos habría sido un descalabro enorme para la Corona. Y toda la prensa lo censura, lo silencia, calla. Laura Fa, con buenos contactos en Madrid, lo justifica en TV3.
���� Laura Fa: "La prensa rosa de Madrid tiene tan claro que es una venganza personal, que no quieren colaborar hablando d'això"#PlantaBaixa3Cat
— 3Cat (@som3cat) December 4, 2023
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El programa Planta baixa fue el único magazine de tardes que abordó el tema. También fue el que hizo peor audiencia, por debajo de Sonsoles Ónega y Ana Rosa Quintana que, obviamente, censuraron que se hablara del tema del año. Agnès Marquès no pudo hacer buena audiencia ni abordándolo. Quizás porque en lugar de hablar de los cuernos de Letizia lo enfocaron como "La ultraderecha ataca la monarquía". Laura Fa, periodista rosa, aclaró por qué la prensa lo silencia: "Jaime del Burgo tiene un ego muy grande, es un acomplejado muy reventado porque lo apartaron de la monarquía. Dispara como Bárbara Rey, y hay mucha parte de ficción y de afán de protagonismo. Se juntan dos señores que odian a Letizia: Del Burgo y Peñafiel que se vio apartado de Zarzuela por Letizia y que la detesta para no tener sangre azul. Ningún periodista habría publicado el testimonio de Jaime del Burgo, solo Peñafiel que a los 91 años pasa de todo. No aporta pruebas. La prensa de Madrid no se mira la monarquía de lejos como nosotros. Tienen claro que es una venganza personal de Peñafiel y Del Burgo y no quieren colaborar si no hay pruebas, como Corinna que vino con pruebas. Hay un afán de destruir a la reina. Ahora resultará que quizás tuvo un amante durante un tiempo y a ella no se le perdonaría igual".
Laura Fa acaba sacando el argumento de género, pero ser hombre o mujer permite explicar exactamente igual quién comete el adulterio. Se hizo con Iñaki Urdangarin o con Federico de Dinamarca, por la que no se tendría que hacer con Letizia. Y exigen a Del Burgo unas pruebas que el mundo rosa nunca ha exigido antes. Bárbara Rey no ha aportado ni una sola prueba que Juan Carlos fuera infiel en Sofía con ella. Ni una sola foto de los dos amantes juntos. Y toda la prensa sabe que es verdad. La declaración de un testigo es una prueba, insuficiente pero es una prueba. Es el espectador quien tiene que valorar si Jaime del Burgo es creíble o no. Aquí se está haciendo otra cosa: silenciarlo, censurarlo, negar al lector que se forme una opinión. Ya pienso yo por vosotros y os digo que este hombre de confianza de Felipe y Letizia ahora no tiene ninguna credibilidad. Y todo es verdad: que Del Burgo es un ególatra, que persigue perjudicar a Felipe (Letizia es muy menor en esta batalla de la ultraderecha) y que fue amante de Letizia. Eso es lo que no entienden: que todo es cierto y que todo merece ser explicado. El resto es sobreproteger a Letizia, en realidad sobreproteger a Felipe, no nos engañemos. El objetivo a abatir en todo este asunto no es Letizia. Es Felipe. Y quien calla es para protegerlo a él.