Felipe VI cumplió ayer 52 años. Un cumpleaños que coincide con el momento más bajo de popularidad de la monarquía. Hace justo dos meses, el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat reveló unos datos demoledores para la institución: los españoles suspenden al rey con un 4,58. Los catalanes, con un 2,21. Pésima valoración. Es quizás por eso que ayer Felipe necesitaba evadirse, vació totalmente su agenda para no tener que trabajar y celebró, con un grupo de amigos, que cumplía años.

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EFE

La fiesta de Felipe se hizo en el restaurante La Tragantía, una taberna andaluza que está cerca del centro de Madrid. Según ha podido saber el digital El Español, el rey español comió allí con un grupo de amigos pero sin Letizia, que se quedó en casa, ni sus hijas, que estaban en la escuela. Tapas, pescado, entrecot, rabo de toro y vinos de La Rioja. No se marcharon del local hasta que fueron casi las seis de la tarde. A la salida se produjo la escena más lamentable de la jornada: una mujer arrodillada gritando "¡Su Majestad, Su Majestad!", publica el mismo diario. Humillante.

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Seguro que la señora no es de las que respondió la encuesta del CEO, que hunde a Felipe y la monarquía.