Irene Urdangarin es la Borbón del momento. Es catalana, tiene mucho estilo y luce guapísima. El 5 de junio de este año pasará a ser mayor de edad y heredará un pomposo palacio en Ciutadella (Menorca), gracias al detalle que tuvo Juan Ignacio Balada Llabrés, un empresario menorquín que adoraba a Sus Majestades Los Reyes y dejó una herencia valorada en aproximadamente unos diez millones de euros. Además, según se sabe, Irene podría ser la nieta favorita de la reina emérita.
Y es que, indagando, hemos descubierto un detalle único que tuvo Doña Sofía con su nieta. La verdad es que fue muy bonito: las abuelas son así de perfectas, son el tesoro de la sociedad. Y el tesoro de Irene Urdangarin tiene nombre y apellidos: Sofía Margarita Victoria Federica Schleswid-Holstein-Sonderburg-Glüksburg. En castellano: Sofía de Grecia. Bien, pues todo se remonta al 5 de junio del 2005, cuando Irene estaba en la panza de Cristina de Borbón haciendo esfuerzos para ver la luz del mundo real y deshacerse de la placenta y el cordón umbilical. El embarazo no tuvo especiales complicaciones, pero el parto fue un pelín precipitado. Los monarcas no contaban con que aquél domingo 5 de junio iban a ser abuelos por sexta vez. Sofía y Juan Carlos se encontraban a centenares de kilómetros de distancia, concretamente en la pista central de Roland Garros, la Philippe Chatrier.
Allí, Rafa Nadal jugaba su primera final de Nadal Garros, torneo que ganaría por primera vez. Su querido JuanCar lo miraba atentamente desde el palco VIP, al igual que la emérita, que no se perdía ningún banana shot de Don Rafael. Rafa perdía el primer set y las caras eran muy largas en la familia real. Sin embargo, el presentimiento de que Rafa remontara luego no era el motivo de alegría de Doña Sofía. La mamá de Felipe VI recibía una llamada en su teléfono móvil. Era Iñaki Urdangarin: "Suegra, Irene ya está de camino". Rápido, Doña Sofía informaba a Juan Carlos y tomaba una decisión: abandonar la Philippe Chatrier. Renunciaba a ver la remontada de Nadal para conocer de primerísima mano y antes que nadie a la que acabaría siendo su nieta preferida. Le hacía mucha ilusión el nacimiento de Irene, la primera (y única y última) niña de los Urdanga.
Vuelo express desde Charles de Gaulle
La Reina de España no dudaba en salir rápidamente del estadio. Estaba muy emocionada: iba a ser yaya de una niña por 2ª vez, después de que lo fuese de Victoria Federica de Marichalar. Cogía un taxi dirección al aeropuerto de París y, desde allí, cogía un jet privado para volar a Barcelona. De Charles de Gaulle a la ciudad condal: un viaje express en una tarde de domingo para conocer a su nieta catalana Irene Urdangarin. El día acabaría aún mejor: Rafa Nadal remontaba su partido y se apuntaba el primero de los 14 Grand Slams (y sumando) que estarían por llegar.
Juan Carlos, fiel a Rafa
Quien sí que no se perdió para nada del mundo la remontada in situ de Rafael Nadal Parera fue Juan Carlos de Borbón. 'El Campechano' le decía adiós a su mujer y seguía viendo el partido mientras en la clínica Teknon su hija hacía los últimos esfuerzos para parir a Irene. Al final del encuentro, Su Majestad dio unas declaraciones muy sinceras. Habló de su felicidad por el doble resultado de la tarde: ponía en el mismo saco el triunfo de Rafa que la llegada al mundo de Irene. Sofía tenía claras sus prioridades: ¡ay, la yaya!
Jeu, set, match, Sofía