David Rocasolano hizo mucho daño a Letizia por alguna razón que se desconoce. Cuando vio que su prima se convertía en princesa y formaba parte de la corona española, él no pensó en la familia, solo quiso lucrarse con esta buena noticia, una oportunidad que nunca pensó que tendría. Se ha hablado muchos de la reina en la familia. Era una mujer muy ambiciosa y ya apuntaba maneras como periodista. Su primo utilizó toda la información de Letizia y la volcó en las páginas del libro ‘Adiós, Princesa’. Le costó el fin de su relación con ella y con casi toda la familia. Además, la entonces princesa movió los hilos para que David tuviese problemas con Hacienda.
La familia de Letizia era muy humilde. David Rocasolano destapó que ni tan siquiera tenían para pagar un brasero. Pasaban frío todos los inviernos en Asturias. “No tenían ni dónde caerse muertos”, exclama la periodista Maica Vasco. “No es que no tuvieran calefacción, es que no tenían ni para encender un brasero”, continúa.
David Rocasolano recuerda entre sus páginas que cuando él iba a casa de Letizia a visitar a sus primas, “sus primas le visitaban con los labios morados, envueltas en sábanas y en pijamas dobles, con calcetines porque no tenían ni para encender un brasero, no tenían ni para comer”. David Rocasolano llamaba a aquella casa “la casa de las acelgas”. “Se comía, desayunaba y cenaba acelgas, por ello estaban tan delgados”, lee Maica Vasco. En el pueblo ya les llamaban “los acelgas”.
David Rocasolano ataca a Letizia, no sabía inglés y tampoco le gustaba leer
Para afirmar que las palabras de David Rocasolano son ciertas no hay más que leerse el libro de Isidre Cunill. El portal ‘Cazabunkers’ extrae algunos fragmentos como sus noches de desenfreno en México. Sus íntimas amigas de aquella época tenían que irla a buscar a la discoteca para llevarla a casa, no se sostenía de pie. A Letizia le encantaba el tequila. No obstante, por la mañana estaba fresca como una lechuga y cumplía con sus obligaciones, era muy profesional.
Según David Rocasolano, Letizia no es una mujer tan culta como se ha hecho creer a la ciudadanía cuando se casó con Felipe. Tal y como repasa Maica Vasco, a la reina no le gustaba leer. No era su afición aunque le gustasen los medios de comunicación. “Cuando le regalaban un libro lo ponía en la estantería”, dice la periodista.
Tampoco sabía inglés. Cuenta que cuando se marchó a México a hacer el doctorado, ella realmente quería irse a Estados Unidos, pero como no sabía inglés no le quedó más remedio.