Popularmente se dice que dos de cada tres cucharadas de azúcar que se consumen en los Estados Unidos proceden de los Fanjul. Una familia cubana que se exilió en los Estados Unidos y posteriormente en la República Dominicana. A pesar de no mantener relaciones con el régimen castrista, en los últimos tiempos han hecho una tímida apertura porque saben del mercado potencial que hay. Especialmente en la anterior legislatura con Barack Obama, aunque eso no es el más relevante de ellos. Los Fanjul conocen desde hace años al rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía. La amistad viene de tiempo atrás y ahora, un libro editado el año 2012, hace que atamos los hilos entre unos y otros.
Niños haitianos esclavizados
Esclavos en el paraíso de Jesús García hace un relato del trato "sangrando que viven pequeños poblados en medio de campos de caña con hombres y mujeres que malviven por culpa de una industria del azúcar que los lleva a condiciones de miseria, insalubridad y abandono". Fue el misionero español Christopher Hartley Sartorius que, al llegar el año 1997 en una de estas explotaciones, puso de relieve la denuncia. Condiciones que tildó de esclavitud y así lo trasladó a las autoridades dominicanas enfrentándose con la familia propietaria, los Fanjul. El misionero Hartley sufrió una dura campaña mediática y recibió amenazas de muerte hasta que fue expulsado del país el año 2006. Ejemplos de lo que toleraban los amigos del rey: "personas devoradas por ratas" o "niños haitianos de tan sólo 9 años esclavizados".
Todo eso, por aquella década, la misma reina Sofía ya lo conocía. Hablaba con el misionero y este le explicaba, hecho que demuestra la impunidad de los que están al poder. Según explica el libro, incluso Sofía pudo ver fotografías de la esclavitud de los niños en las plantaciones de cañas de azúcar de los Fanjul pero ella los excusó diciendo que "eran amigos íntimos" y siempre los acogían cuando viajaban a Miami. Más allá de este retrato, esta familia de empresarios y explotadores también estuvo a punto de dar el salto en la gran pantalla. Los ecologistas han denunciado reiteradamente el uso de fertilizantes en las plantaciones que tienen en Florida, los Estados Unidos, que contaminan los acuíferos. La actriz Jodie Foster planteó la idea de hacer una película, ya tenía el título incluso, Sugarland. Ella ejercía de abogada y para el papel del magnate Fanjul, iba a cargo del actor Robert de Niro. Finalmente, y de forma repentina, se paró su grabación.
La Romana, núcleo de traficantes
Si finalmente la solución de limpiar la crisis insititucional que viven los borbones pasa por el exilio de Juan Carlos I, la destinación que toma más fuerza es un núcleo de traficantes. La Romana es una zona exclusiva situada en la República Dominicana donde los Fanjul tienen una fuerte incidencia. Pero no sólo ellos: grandes fortunas europeas, de la américa latina o los Estados Unidos también viven. Fortunas que han aumentado su riqueza gracias a la corrupción procedente de países como Venezuela. Colombia, Brasil, Argentina e incluso España. Los más ricos tienen el origen en el narcotráfico de que se alejan del modelo de empresario emergente dominicano o el turismo internacional que quiere favorecer y limpiar la imagen de esta isla.
La lujosa zona tiene una extensión de 2.833 hectáreas, cuenta con una docena de piscinas, campos de golf o una decena de restaurantes. En La Romana habitan poco más de 120.000 habitantes distribuidos en un formato resorte y de los Fanjul, quién le daría la bienvenida a Juan Carlos, es Pepe Fanjul. Allí también se encontrará con otros perfiles europeas como la princesa Arianna Hohenloe y su marido, el economista Dixon Boardman, un enamorado de Marbella.