Juan Carlos siempre ha sido un hombre muy apuesto y atractivo, y así quiere que siga siendo a pesar de sus 86 años. El emérito está en manos de los mejores médicos y especialistas en cirugía estética. Se ha sometido a los tratamientos más revolucionarios, como las células madre y las plaquetas de sangre, para mejorar su aspecto. En las últimas apariciones se le pudo ver una piel mucho más suave, lisa y brillante. Su sonrisa también ayudaba, y es que el padre de Felipe está más feliz que años atrás porque por fin puede moverse cómodamente a España sin pedir explicaciones. En el último año ha regresado hasta en siete ocasiones. Debido a su millonario patrimonio, es poco probable que el marido de la reina Sofía se instale en España de nuevo para pasar sus últimos años. En su país estaría siempre a la sombra de la Hacienda Pública, y eso no compensa.
El padre de Felipe VI también ha tenido fama de mujeriego, no se arrepiente de haberle sido infiel a la reina Sofía en miles de ocasiones, ni tan siquiera haberla humillado públicamente. Ha estado hasta con 5.000 mujeres, y esa cifra podría haber aumentado en los últimos años, a pesar de sus problemas de movilidad, esos que no quiere que se vean.
El final de Juan Carlos está cada vez más cerca
Juan Carlos no quiere terminar sus días en una cama, triste y solo. En 2012 le operaron de la cadera y desde entonces no ha dejado de pasar por quirófano. Debido a la edad y a sus problemas, no ha vuelto a andar con la misma soltura. Cuando sabe que las cámaras están cercas aparece con su bastón y agarrado a su fiel escolta y amigo. Inseparables. Sin embargo, cuando está en Abu Dabi y las cámaras desaparecen, el emérito acepta su realidad por su salud y su comodidad. Juan Carlos usa silla de ruedas.
No es la primera vez que se ve al emérito en una silla de ruedas. Hay veces que no puede evitar que algún curioso o paparazzi le haga una fotografía, como ha sucedido esta última semana. Las imágenes han sido una prueba de que ha vuelto a los Emiratos Árabes donde continúa residiendo. Pero también es una prueba de la salud de Juan Carlos. El padre de Felipe no está bien y sus tres hijos están muy preocupados. Se acerca el final. El rey debería tenerlo todo preparado para ese momento, tal y como dijo Jaime Peñafiel, sería una deshonra que el exmonarca muriese solo en Abu Dabi, a miles de kilómetros de su país y que tuviese que trasladar el cuerpo en un avión.
El médico le ha dado el peor diagnóstico. Debido a sus problemas de cadera, Juan Carlos deberá utilizar la silla de ruedas de por vida, por mucho que no sea de su agrado. Es lo mejor para su salud. El emérito no quiere verse así, esto ha hecho que disminuya su ánimo, y a la vez se abandone. En los últimos meses han notado también un importante deterioro cognitivo.