La nueva reina Camilla Parker-Bowles ha decidido hacer un homenaje a la reina Isabel II en la coronación de Carlos III, luciendo una corona sostenible, reciclada y sin uno de los diamantes más costosos del mundo, en lugar de encargar una nueva. ¿Está el palacio de Buckingham intentando recortar gastos? ¿O hay algo más detrás de esta decisión? Todo parece indicar que existe un trasfondo un tanto siniestro tras la elección de esta corona reciclada, dado que ha podido personalizarla para extraer el ‘diamante maldito’ que Isabel II le regaló unos meses antes de su muerte.
Según ha trascendido, la corona que llevará Camilla el día de la coronación pertenecía a la reina María de Teck, esposa de Jorge V, y bisabuela de Carlos III. Esta joya fue encargada a la joyería londinense Garrad, creadora de muchas de las joyas icónicas de los Windsor, poco antes de su coronación en 1911. Esta corona está compuesta por una montura de playa, bañada en oro, y adornada con 2.200 diamantes, insertados en una banda circular. Sin embargo, hay un diamante perteneciente a esta corona que no estará presente en la entronización de Camilla Parker-Bowles. Se trata del diamante Koh-i-Noor, de 105 quilates, y que pasó a formar parte de la corona de la Reina Madre, en 1935.
Camilla Parker-Bowles huye de la maldición de un temido diamante el día de su coronación
Según se ha rumoreado en el Palacio, la decisión de no incluir el Koh-i-Noor en la corona reciclada de la esposa de Carlos III se debe a una maldición que pesa sobre esta piedra preciosa. Según el libro ‘Baburnama’, las memorias del emperador Babur, quien dio inicio a la dinastía mogol a principios del siglo XVI, cada vez que este hermoso diamante era extraído de su cofre se producía una gran desgracia: asesinatos, terribles derrotas en batalla, accidentes fatales… todo esto ocurría gracias a la siguiente maldición: “Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios o una mujer pueden llevarlo con impunidad”.
Por esta razón, la Corona británica cuando recibió este diamante procedente de la India, y que su nombre significa “Montaña de Luz", decidió incorporarlo a una corona femenina. Sin embargo, la reina Camilla ha decidido no incluir esta piedra preciosa en su corona, quizás temiendo despertar alguna profecía hindú sobre Buckingham Palace.
El conflicto colonial en torno al Koh-i-Noor
Pero no solo el diamante Koh-i-Noor ha sido objeto de controversia en la coronación de Carlos III y Camilla por su supuesta maldición. También ha generado una gran polémica entre los países que fueron antiguas colonias británicas, como la India, Afganistán y Pakistán, quienes han reclamado la propiedad de la piedra desde hace varias décadas. De hecho, el Gobierno de la India ha expresado su descontento por la posesión de este diamante, dado que representa los recuerdos dolorosos del pasado colonial de su país.
Ahora bien, ¿Camilla descartó este diamante por temor a causar algún daño durante su coronación? ¿O es una decisión política destinada a evitar más controversias en la monarquía británica? Puede que haya sido por ambas razones.