La poca vergüenza del rey Juan Carlos empieza a ser asquerosa, si es que ya no lo era lo suficiente. La jeta infinita de Borbón, que durante años le ha tomado el pelo a la ciudadanía, ha quedado patente desde que han empezado a estallar todos los escándalos de faldas y millones que escondía bajo las alfombras de palacio.
El emérito ha huido con el rabo entre las piernas después de que ya no le quede ninguna salida más, pero desde su retiro dorado, posiblemente en Abu Dhabi, continúa el goteo de informaciones que tendrían que hacer sulfurar incluso a los más monárquicos. Juan Carlos ha ido por la vida creyéndose una especie de reencarnación divina con derecho de pernada y de llenarse los bolsillos con millones de sus amigos árabes. Ahora, cuando hace un mes que fue a por tabaco y no volvió, el diario La Tribune de Genève, el mismo que reveló la fortuna escondida del campechano, ha publicado un artículo revelando algunas declaraciones del monarca incluidas en el sumario judicial abierto por blanqueo de capitales a Suiza. Y no han servido sinó para confirmar que Juan Carlos se cachondea en la cara de los españoles.
Explica el medio, bajo el sugerente título de Cómo voló el botín suizo de Juan Carlos I, que los 84 millones de euros guardados en una cuenta de un banco de Ginebra sirvieron para "financiar una vida secreta de amantes, apartamentos de lujo y grandes retiradas de dinero en efectivo". Explican cuál fue la reacción del rey cuando le llamaron para confirmarle que "sus amigos saudíes le habían ingresado 100 millones de dólares en una cuenta". Escriben, por boca de uno de sus asesores: "Juan Carlos exclamó: '¡Dios mío! ¡Han sido muy generosos'!". También que "el rey siempre puso especial interés en mantener su fortuna en secreto. Si tenía que tratar algún asunto en lo referente a este dinero con alguno de sus gestores, lo hacía siempre en la más estricta intimidad".
En total, entre 2008 y 2012, el emérito retiró 5,5 millones de euros en efectivo de su cuenta suiza. "Era su dinero para tener en los bolsillos. Cuando quería dinero en efectivo, me telefoneaba y me indicaba el montante a retirar", ha explicado el administrador patrimonial del rey. "En este momento, un empleado de Rhône Gestió iba al banco Mirabaud para retirar el dinero. A continuación, el dinero se llevaba a las instalaciones de Rhône Gestion. Entonces, o Juan Carlos enviaba a alguien para que se llevara el dinero o yo me iba a Villars (donde estaba Corinna) a darle el dinero ", explica el asesor.