Hace unos días vimos cómo buena parte de los Borbones y de los Urdangarin asistían a una cita importante para la única hija de Iñaki y de la infanta Cristina, Irene, el día de su graduación, en Ginebra. La joven, que ha cumplido ya dieciocho años, se rodeó, como es lógico, de sus padres, de sus hermanos Juan, Valentín y Pablo, de sus primos preferidos, los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, Froilán y Victoria Federica, de sus abuelos por parte de madre, los eméritos Juan Carlos y una Sofía con cara de vinagre por compartir coche con su marido, y por la abuela por parte de padre, Claire Liebaert.
Hubo, sin embargo, algunas ausencias sonadas. La más evidente, la de los reyes de España Felipe y Letizia y la de sus hijas, y también primas de la protagonista, la princesa Leonor y la infanta Sofía. No fueron los únicos que pasaron olímpicamente de la joven. Los hermanos de Iñaki Urdangarin y sus hijos, primos, por lo tanto, de Irene, tampoco asistieron a la cita. ¿Por qué? Tal como recuerda Sílvia Taulés en Vanitatis, porque no soportan al ex suegro de Iñaki, el rey Juan Carlos: "La relación de la familia Urdangarin con los Reyes eméritos, en especial con don Juan Carlos I, está rota desde hace años. Es mucho más que tensa, es malísima. Así que todos, al completo, decidieron no acudir a la graduación para no tener que enfrentarse a una reunión que pocos tenían ganas de mantener".
Pasaron, pues, de hacer el paripé. Y en la cita no vimos ni a los hermanos del ex duque de Palma, Ana, Mikel y Clara, ni a los sobrinos, y por lo tanto, primos de Irene: ni Carlota Gui, ni Arola Valentina Urdangarin, ni Marcos Urdangarin, ni Diego Urdangarin, ni el resto. Parémonos, sin embargo, en Diego, hijo de Mikel Urdangarin y Fabiola Ferreira, que a pesar de estar muy unido a su prima, y de no vivir demasiado lejos de la reunión familiar, tampoco hizo acto de presencia. Es, probablemente, el Urdangarin más alejado de la imagen que proyecta el resto de Urdangarines más famosos, que tienen tendencia a parecer unos caraduras, y a tener una vida de lujos caída del cielo, especialmente los hijos de Iñaki y Cristina, que parecen que van por la vida como si todo les hubiera sido dado. Pero Diego no tiene nada que ver con los cuatro primos hijos del hermano de su padre. Diego es bailarín, se lo ha currado muchísimo en su vida, e incluso ha sacado la cabeza en el mundo de la televisión en alguna serie de Netflix. Guapo, simpático y con el arte que le sale por todas partes:
El guapérrimo joven de 25 años, hijo de Mikel y hermano de Marcos y Arola Valentina, es un bailarín profesional que lleva estudiando danza años y años, y en diferentes países y que actualmente forma parte de un cuerpo de baile clásico en Alemania. Incluso, ha hecho sus pinitos en la interpretación, participando en la serie de Netflix, 'Érase una vez... pero ya, no' donde compartió reparto con el cantante colombiano y novio de Aitana, Sebastián Yatra, con la almodovariana Rossy de Palma y con Asier Etxeandía, entre otros. Una comedia musical donde se versionan los cuentos de hadas clásicos. Le gusta este mundo, pero le encanta todavía más la danza y por encima de todo, su familia más próxima, sus padres y sus hermanos, como se puede ver cuándo celebraron la boda de su hermana hace dos años.
Diego Urdangarin, un hombre con arte que le corre por las venas... No podemos decir lo mismo de sus primos, que más bien el arte que tienen es el no pegar un palo al agua.