El divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin está a pocos días de firmarse. El 5 de junio es la fecha límite, el día que la hija pequeña Irene hará 18 años. A partir de este momento se firmará porque el convenio no decide nada sobre la custodia de los hijos menores, ya que no los habrá. El contratiempo del convenio solo era uno: el dinero. Como Iñaki es quien queda en peor posición por el divorcio, la ley obliga a la infanta a compensarlo con una pensión mensual. Las fuentes más autorizadas, como Pilar Eyre, hablan de una cifra de 6000 euros mensuales. Lejos del sueldo de un alto directivo del Ibex-35, pero una buena cantidad para alguien que no hace nada, ni tiene ningún gasto extra. La educación de sus 4 hijos no la ha pagado nunca Urdangarin, sino su suegro. Después, Iñaki exigió tener escolta privada pagada por Cristina, ya que no podrá seguir disponiendo de los guardaespaldas que le pone el ministerio del Interior por ser el único cuñado del rey. Pero ahora Iñaki se descuelga y pide otra cosa.
Según publica Monarquía confidencial "Un nuevo revés en la relación con su todavía marido desestabiliza a la infanta Cristina.(...) Ahora, el ex duque de Palma ha añadido una nueva cláusula en el convenio, además de una manutención mensual y tener seguridad privada. Al parecer, y según fuentes cercanas a la infanta, ahora se podría añadir un nuevo requisito y no del agrado de Cristina: vía libre a una futura boda con Ainhoa Armentia". Como en la Edad media, el exmarido pide permiso para volver a casarse. I Cristina, cornuda y pagando la cuenta, ha dicho basta. Mantuvieron una conversación telefónica muy tensa.
Según el mencionado medio "La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin habrían mantenido una conversación telefónica hace un par de días, entre otras cosas con el objetivo, por parte del segundo, de conocer cómo se encuentran sus hijos. En ese momento, habría aprovechado para soltarle la “bomba” a Cristina de su intención de casarse con Ainhoa. Ese anuncio provocó una subida de tono en la conversación". Un eufemismo del entorno de Cristina para no decir que la hermana del rey se puso como una fiera a gritos con su todavía marido. La infanta solo quiere preocuparse de sus cuatro hijos y no quiere tener que perdonar a su ex hasta el punto de darle el visto bueno para casarse con su amante. La católica Cristina considera una ofensa recibir esta petición.
Iñaki lo quiere todo: que le paguen una casa nueva con la indemnización millonaria de golpe que recibirá de la infanta, y que pagará Juan Carlos. Vivir sin trabajar. Y quiere despreocuparse de sus cuatro hijos, que si estudian en los centros más caros de Europa no es por él. Quiere finalmente la bendición de su exmujer para el matrimonio con la otra, la tercera en discordia dentro de un matrimonio fallido desde hace años, cuando Crisitna ya sabía, porque así consta en el sumario del caso Noos en los correos intervenidos policialmente, que Iñaki le ha sido siempre infiel, desde el inicio de la relación, y encima con la mujer de un compañero de equipo. Esta vez es diferente: no era una infidelidad, es que Iñaki se ha enamorado de Ainhoa, mientras Cristina, a pesar de algún rumor no contrastado, va por el mismo camino de la infanta Elena: quedarse para vestir santos. Y Felipe se queda sin cuñados.